El amoníaco, producto cuya presencia en los vertidos de Fraga ha confirmado el Instituto Nacional de Toxicología, es un gas licuado incoloro, o ligeramente acre, y extremadamente combustible. Los manuales de seguridad recomiendan evitar el contacto directo con él. El cuerpo humano puede sufrir daños si es expuesto a una mezcla superior a 24 miligramos por 10.000 litros. Su inhalación provoca dificultades respiratorias y una sensación de quemazón y, en casos de exposición prolongada, puede originar edemas pulmonares. Mezclado con determinados ácidos tiene efectos corrosivos. Por otro lado, CCOO de Aragón propuso ayer a su central en Cataluña que investigue las condiciones de salud laboral en las peleteras catalanas.