Araceli Sebastián trabaja para tres empresas de limpieza diferentes. "Es lo que hay", apunta, si quiere tener una "jornada normal" de 40 horas a la semana. "A las seis de la mañana empiezo a limpiar en una biblioteca, luego voy a varias sucursales bancarias y algunas tardes a unas oficinas". La zaragozana de 58 años lamenta que los contratos a tiempo parcial campan a sus anchas por este sector, "marcado claramente por la precariedad". "Todas las compañeras que conozco están igual y lo peor es que las empresas se están aprovechando de la crisis para bajar salarios y empeorar las condiciones", critica. En este sentido, denuncia que ahora, en las mismas horas, tiene que limpiar seis bancos, cuando antes solo eran cuatro.

Dentro de lo que cabe, Sebastián es una privilegiada en su sector porque, al llevar trabajando "desde 1981", suma muchos años de antigüedad y puede tener una jornada completa compatibilizando varios empleos. De hecho, muchas de sus compañeras apenas suman 20 horas a la semana. "Me da pena sobre todo por las chicas jóvenes, porque les están recortando un montón de derechos", lamenta Sebastián, que es delegada sindical de CCOO Aragón.

A Fátima Rodríguez, compañera de su sector, también le gustaría tener un trabajo a tiempo completo, pero se queja de que el mercado laboral apenas le da oportunidades. "Yo vivo en Calanda y por esta zona hay muy pocas ofertas porque casi no hay empresas", comenta. Esta aragonesa de 44 años trabaja unas diez horas a la semana limpiando oficinas. "Encima me tengo que desplazar a Alcañiz y a Andorra, pero qué se le va a hacer; no hay mucho más", lamenta Rodríguez, que antes trabajaba de cajera en un supermercado. R. L. M.