El de ayer fue el día más horrible para el ministerio que dirige Federico Trillo desde el accidente del Yak-42, el pasado 26 de mayo. Las respuestas solicitadas por la oposición cayeron como una lluvia de proyectiles sobre la diana de Defensa. Atacaron por todos los flancos y se puso de manifiesto la vulnerabilidad de un departamento que, ante la mayor tragedia que ha vivido el Ejército español, no ha podido o no ha sabido responder a tiempo. Les han disparado con bala.