El Ejecutivo de CiU en Cataluña exhibió ayer su capacidad de aliarse con dos gobiernos del PP, como los de la Comunidad Valenciana y Murcia, para mostrar su alianza en favor de un objetivo estratégico para los tres territorios: el corredor mediterráneo ferroviario. Es bien sabido que ante la divergencia no hay nada como una finalidad compartida y un adversario común. El propósito, que Europa considere esta infraestructura como prioritaria y la subvencione parcialmente. El adversario, en parte, el Gobierno central, o incluso comunidades autónomas del PP como Madrid, Castilla-La Mancha o Aragón, partidarias del eje ferroviario central, en lugar del mediterráneo.

En un encuentro de una hora en el Palau de la Generalitat, Mas y su homólogo valenciano, Alberto Fabra, acordaron pasar página a la etapa de Francisco Camps. No en vano, Mas no llegó a reunirse como president con el antecesor de Fabra. Y ahora ya está en marcha una cita bilateral en Valencia.

ADIÓS A LA RADIALIDAD En la cumbre de ayer, donde llamó la atención la ausencia de representantes del Gobierno de Andalucía, la sintonía entre Mas, Fabra y Ramón Luis Valcárcel fue total, evitando los asuntos espinosos. El discurso en favor del corredor mediterráneo irá acompañado de otra visita a Bruselas el día 21 para seguir presionando a la Unión Europea.

Los mensajes fueron de extrema unidad. "Debe haber más proximidad, son muchos los temas comunes que nos afectan a todos, muchas cuestiones que precisan de una solución conjunta", afirmó el presidente valenciano. Y Mas dirigió su mirada al Gobierno central. "Tiene una oportunidad de oro, que por primera vez una infraestructura clásica no sea vista como radial". Horas después, el ministro de Fomento, José Blanco, reafirmó el apoyo del Ejecutivo y se felicitó por el hecho de que va a reunirse con los presidentes de las comunidades.

Buena parte de la culpa de este momento dulce entre estas comunidades se debe al empuje dado por las principales entidades empresariales, tanto valencianas como catalanas, y de patronales y sindicatos en favor del corredor ferroviario.

De hecho, el lobi FERRMED, que está empujando el corredor y que ha provocado que en Bruselas se esté teniendo en cuenta con fuerza la posibilidad de incluir el eje levantino, está compuesto por representantes de los agentes económicos de las tres comunidades autónomas.