Los granos de polen en la atmósfera de Zaragoza se cuentan a diario. Y, por inusual que parezca en estos tiempos de nuevas tecnologías, no se hace de forma automática ni a través de un sistema moderno, sino que el modus operandi es manual.

Grano a grano, diferenciando cada pequeña traza por tipo de polen, las farmacéuticas Daría Bermejo y Ana María García son las responsables de que cada día los zaragozanos tengan a su disposición toda la información sobre los niveles de alergia en la ciudad. Sus análisis son los que se ofrecen cada mañana en el panel informativo de la plaza Aragón, en la web del Ayuntamiento de Zaragoza y en la página del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza, a la que pertenece la Estación de Aerobiología que ellas controlan.

¿Y cómo lo hacen? La cadena de montaje de este trabajo empieza en un captador de granos de polen, situado en la terraza del Servicio Provincial de Salud (calle Ramón y Cajal), que funciona desde 1994. «Funciona día y noche sin parar y cuenta con una veleta que gira con el viento. Esta succiona el aire y lo hace impactar sobre una cinta transparente, impregnada de una sustancia adhesiva, donde se van pegando las sustancias», explica Daría Bermejo.

Esta, que se mueve milímetros a la hora en el sentido de las agujas del reloj, recoge todo tipo de partículas del aire, por lo que luego «hay que distinguir manualmente las que son polen de las que no». Desde mitad de marzo y hasta mediados de julio, personal del ayuntamiento o del colegio de farmacéuticos (se van turnando en esta función) sube a la terraza de este edificio cada mañana para retirar la cinta del captador. Acto seguido se entrega en la farmacia de Daría Bermejo, situada en la Avenida de Madrid, donde hay microscopios para la lectura de los granos de polen.

«Teñimos esa cinta con una sustancia específica que resalta los pólenes. Después se aplica un factor para saber el número de granos de polen por metro cúbico de aire y se cuenta el total. También se diferencian por tipo de polen y, como último paso, enviamos la información al colegio, al ayuntamiento y a los medios de comunicación», apunta Bermejo.

Banco de datos

Los datos elaborados en Zaragoza también se dan a conocer en la Red Aerobiológica Española, cuyo centro coordinador está en la Universidad de Córdoba, y en la Red Europea, con sede en la Universidad de Viena. «De este modo conseguimos crear un gran banco de datos internacional», añade la farmacéutica.

La información que se difunde en Zaragoza se corresponde a los de doce tipos mayoritarios de polen: cipreses, chopos, plátanos de paseo, moreras, robles y encinas, pinos, olivo, gramíneas, llantenes, ortigas y parietaria, cenizos y amarantos y árbol del cielo. «El nivel alto o bajo no es el mismo para todos. Por ejemplo, los abedules o avellanos son diferentes a las parietarias o gramíneas», detalla.

La farmacéutica, que analiza los granos de polen desde 1994, asegura en Zaragoza ha habido «una evolución» a más. «Además del aumento de la temperatura por el cambio climático, ha crecido la flora y las plantas en la ciudad que generan polen», dice.