Poco más de un millón de aragoneses están llamados a las urnas para decidir el próximo 28 de abril los 13 diputados y 12 senadores que les representarán en las Cortes Generales y que votarán al próximo presidente del Gobierno. 30.000 aragoneses podrán ejercer su derecho por primera vez, según informó ayer la delegada del Gobierno durante la explicación del operativo electoral, que tendrá un coste de 2,1 millones de euros.

Esta cita electoral, a la que sin solución de continuidad le seguirá la de las autonómicas, municipales y europeas, tiene un pronóstico incierto y tendrá mucho de presidencialista. No habrá mucho espacio para el debate sobre cuestiones locales, y sin duda estará marcada por dos cuestiones que podrán alterar el tradicional mapa político aragonés. Una de ellas es la crisis política en Cataluña y, como resultante de ella, la irrupción de la extrema derecha que podría obtener por primera vez representación por Zaragoza, según las encuestas.

Aún así, durante los próximos 15 días, se hablará de infraestructuras, agua, financiación, despoblación y otras cuestiones trascendentes para los intereses de los habitantes de la comunidad autónoma. Eloy Suárez por el PP, Susana Sumelzo por el PSOE, Pablo Echenique por Unidas Podemos y Rodrigo Gómez por Ciudadanos encabezan las candidaturas por la lista de Zaragoza. Todos ellos abrieron anoche la campaña electoral con dirigentes y simpatizantes de sus partidos en Aragón.

El Partido Popular abrió la campaña en su sede, ante un nutrido grupo de asistentes. Abrió el acto el presidente del PP zaragozano, Javier Campoy, con un recuerdo a Cayetana Álvarez de Toledo, candidata de los populares en Barcelona y que ayer sufrió las iras de los independentistas. El candidato al Congreso, Eloy Suárez, señaló que estas elecciones son muy importantes porque está en juego «un modelo de país». Por ello, reclamó dar la vuelta a las encuestas a través de los votos para construir «una España donde todo el mundo quepamos y la convivencia sea tranquila». En la misma línea se mostró el presidente regional, Luis María Beamonte, quien reclamó convertirse en el «centro del centro» para evitar convertirse en un país «sometido a intereses de independentistas, batasuneros y comunistas sólo por la ambición irresponsable del PSOE».

Los socialistas eligieron el centro de Zaragoza, la plaza Santa Cruz, para realizar su simbólica pegada de carteles en una pared de cartón, tras dos horas de fiesta preelectoral en una cercana discoteca. Al acto acudieron la cabeza de lista Suana Sumelzo y el número 2, Pau Marí-Klose, así como el número 1 al Senado, Miguel Dalmau. Tanto la candidata como el presidente Javier Lambán insistieron en que «el futuro de España se dirime en 15 días», y que «no nos podemos permitir retroceder 40 años».

El número 1 de Unidas Podemos por Zaragoza al Congreso, Pablo Echenique, insistió en la importancia de ir a votar el 28A porque será la única forma de «cambiar la historia de Aragón y de España» y de «evitar que la escriban las cloacas del Estado». Junto a la número 2, Marta Abengochea, destacó la despoblación como uno de los principales problemas a combatir en Aragón. «Todos tienen derecho a seguir viviendo en sus pueblos pero para eso necesitan servicios básicos e inversión», precisó.

Ciudadanos afronta esta campaña con la seguridad que les han aportado las elecciones pasadas en Cataluña y Andalucía. «Salimos con ganas, fuerza e ilusión», afirmó el candidato por la provincia de Zaragoza, Rodrigo Gómez arropado por un puñado de militantes y algunos líderes autonómicos.

Y como núcleo del mensaje apuestan por un llamamiento a la unidad. «Tenemos que echar a Pedro Sánchez de la Moncloa porque ha pactado con los que querían romper España», afirmó rotundo entre aplausos.