El empleo ha resucitado. Después de seis años de destrucción sistemática de puestos de trabajo con alguna breve tregua durante los veranos, el mercado de trabajo gana ocupados en términos interanuales por primera vez desde que la crisis irrumpió en la economía española. Y lo hace con una intensidad superior a las previsiones más optimistas: 402.400 empleos generados en el segundo trimestre de este año, según la Encuesta de Población Activa (EPA).

Los 300.000 nuevos puestos de trabajo que esperaba la CEOE y los 327.000 que preveían las empresas de trabajo temporal agrupadas en Asempleo quedaron ampliamente superados, aunque a costa de un gran peso del turismo y los contratos temporales y a tiempo parcial. Debido a esa intensidad, el descenso del paro también fue más fuerte de lo previsto, con 310.400 desempleados menos y una reducción de la tasa de 1,45 puntos, hasta el 24,47%.

La abultada cifra de aumento de ocupados, la más alta en un trimestre desde el 2005, permite que se recupere la creación neta de empleos con 192.400 puestos de trabajo, un 1,12% más en relación con el mismo periodo del 2013. Es el punto de inflexión y la "buena noticia" que buscaba el Gobierno de Mariano Rajoy para demostrar que la recuperación empieza a llegar a las familias.

Sin embargo, esa inflexión pierde calidad si se analizan algunos de sus componentes básicos. Una de las claves de la potente creación de empleo es el auge del trabajo a tiempo parcial, que creció un 3,5% con 98.000 ocupados más. "Con el inicio de la recuperación las empresas crean empleos temporales o a tiempo parcial a la espera de que se consolide la mejora, lo que acaba creando algo parecido a los minijobs", explica Joan Antoni Alujas, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona.

Las comunidades con un nivel más bajo de desempleo fueron Navarra, con una tasa del 15,88%, y País Vasco, con el 16,1%.

Para el Gobierno central y la Generalitat, la recuperación se ha consolidado. Dan por seguro que esta vez no se reproducirá el espejismo de otros años en los que la fugaz creación de empleo veraniega se esfumaba en los meses siguientes.