A diferencia de las tempestades, la boda de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz no ha cedido paso a la calma. El enlace del sábado pasado entre el Príncipe de Asturias y la experiodista, al que asistieron 1.700 invitados y que fue seguido por 25 millones de españoles, ha dejado un reguero de polémicas. No podía esperarse otra cosa de un acontecimiento que se ha convertido en un fenómeno mediático y social de enormes proporciones y que ha polarizado las opiniones. En el centro del debate se encuentran la cobertura televisiva y el coste del acontecimiento, así como la selección de ciertos invitados.

La presencia de la viuda y el hijo del depuesto Sha de Persia provocó un incidente diplomático con el Gobierno de Irán, que quedó zanjado en la tarde de ayer. El malestar de Teherán por la invitación a Farah Diba y Reza Pahlevi llevó al ministro de Asuntos Exteriores iraní, Kamal Jarrazi, a suspender el encuentro que tenía previsto para ayer con su homólogo español, Miguel Angel Moratinos. Según fuentes oficiales, el jefe de diplomacia iraní, que se encuentra desde ayer en Madrid, se reunirá hoy con Moratinos y será recibido en la Moncloa por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

En declaraciones desde Bruselas, Moratinos restó importancia al incidente y alegó que el Rey y la Casa Real "tienen todo el derecho y la legitimidad de invitar a la boda a quien consideren oportuno". Según fuentes gubernamentales, el servicio diplomático se encargó después de explicar a los iranís que Farah Diba y su hijo fueron invitados en calidad de "amigos" de los Reyes de España y no como representantes de una Casa Real.

Otra polémica con fondo diplomático es la que ha generado la ausencia en la boda de los presidentes de los más importantes países iberoamericanos. El brasileño Luiz Inácio Lula De Silva alegó que tenía en agenda un viaje a China, país al que llegó en la noche del domingo. El argentino Néstor Kirchner se excusó por problemas de salud derivados de una reciente operación, lo que no le impidió viajar hace dos semanas a Washington. El chileno Ricardo Lagos optó por quedarse en Santiago en el cumpleaños de su centenaria madre. Tampoco asistieron los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez, y Perú, Alejandro Toledo.

"Son decisiones libres que han adoptado los presidentes", se limitó a decir un portavoz de la Casa del Rey. Para ilustrar que esas ausencias no esconden problemas de fondo en las relaciones bilaterales, recordó que el presidente chileno llega hoy a España y será recibido por el Rey.

El Gobierno también restó importancia a las ausencias de los líderes iberoamericanos. Pese a que las invitaciones a la boda se cursaron desde la Casa del Rey cuando aún estaba en funciones el Gobierno del PP, el secretario general de este partido, Mariano Rajoy, intentó desviar ayer el problema al Ejecutivo socialista. Cuando un periodista le pidió su opinión sobre lo sucedido, Rajoy lo remitió "al Gobierno y al ministerio de Asuntos Exteriores".

También la retransmisión que Televisión Española hizo del enlace se ha convertido en el centro de una disputa política, después de que la portavoz del PP en la Comisión de Control de RTVE en el Congreso, Macarena Montesinos, afirmara ayer que era "absolutamente lamentable" que no se hubiera podido escuchar el sonido de los mensajes del Rey y el Príncipe en los brindis e hiciera responsable a la directora general de RTVE, Carmen Caffarel, por su "inexperiencia" y "falta de previsión".

Ante las críticas, la dirección del ente ofreció su versión de los hechos en un comunicado en el que aseguraba que la captación de imagen y sonido se había hecho conforme a unos criterios acordados con los responsables de la Casa del Rey y que el plan inicial fijaba el fin de la retransmisión después de las fotos de familia, aunque se decidió ampliarla "a algunas tomas de los primeros momentos de la comida".

Posteriormente, continúa la nota, la Casa del Rey solicitó sobre la marcha a RTVE que registrara los brindis a modo de recuerdo para la Familia Real, pese a que en aquel momento sólo había una cámara de grabación ligera no conectada a una unidad móvil ni a la megafonía. Y fue más tarde cuando se decidió facilitar estas imágenes a los medios "pese a las conocidas deficiencias técnicas".

Tanto Izquierda Unida como Iniciativa per Catalunya han presentado en el Congreso sendas preguntas parlamentarias para conocer el coste que ha supuesto la organización del enlace y la retransmisión. El portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, dijo ayer que la boda "ha sido un dispendio escandaloso".