«No solo en Aragón, es complicado en España en general», responde a la pregunta de si es difícil vivir a través de la cultura Eva Cosculluela, copropietaria de la librería Los portadores de sueños que tuvo que cerrar tras 14 años abierta. «La gente cada vez lee menos y la lectura, realmente, no ocupa una posición predominante», explica con sinceridad la librera que, en su caso, tiene claro que «hay pocas ayudas y las que hay las hemos tenido que pelear desde el gremio» aunque matiza: «Más que las subvenciones, a mí me serviría más que subvencionaran a mis clientes a comprar libros mediante desgravaciones, por ejemplo, porque yo no quiero vivir de ayudas públicas sino de vender libros a mis clientes», señala Eva Cosculluela que, aunque reconoce que el actual Gobierno de Aragón «ha hecho algunas cosas que les habíamos pedido, ha fracasado en el bono cultural. Es una tarjeta que ofrece descuentos pero que corren a cargo de los negocios privados. En el País Vasco, de cada 30 euros que gastaba el ciudadano, el gobierno aportaba 15».