La economía española mantuvo su senda de creación de empleo y cerró el 2018 con su sexto descenso consecutivo en el número de parados. La tasa de desempleo acabó el año por debajo del 15%, con 462.400 personas menos en las colas del Inem y dejando un total de 3,3 millones de desempleados. En paralelo, el número de ocupados sigue creciendo, hasta los 19,56 millones, rozando en esta última Encuesta de Población Activa (EPA) del 2018 los 20 millones de trabajadores en activo. La cara B de ese crecimiento es la calidad del empleo generado. Las horas extras no pagadas, la parcialidad y la temporalidad son algunos de los indicadores que crecen a mayor ritmo.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) constatan un crecimiento de la ocupación de casi el 3% respecto al 2017. Este aumento, de 566.200 personas, fue el quinto anual consecutivo y el mayor desde el 2006. Unas cifras que también denotan cierta desaceleración, ya que el retroceso registrado es inferior a los experimentados en los cuatro años anteriores. La tasa de paro se situó al finalizar el 2018 en el 14,45%, porcentaje 2,1 puntos inferior al del 2017 y su nivel más bajo en diez años.

No obstante, ese descenso del paro no está llegando de igual modo a los hombres que a las mujeres. La brecha de género en cuanto a desempleo es la más alta desde hace una década, concretamente de 3,4 puntos, entre los 12,9% de parados y el 16,3% de paradas.

La mayor parte de los empleos creados el ejercicio pasado se concentraron en el sector privado, con 430.000 nuevos puestos de trabajo (+2,7%), aunque el sector público registró un porcentaje de crecimiento más elevado, con 136.200 empleos creados, el 4,4% más.

La asignatura pendiente de la economía española es la calidad de ese empleo, pues la temporalidad cerró el 2018 con su peso más alto en la última década. El 26,9% de los asalariados tenían un contrato temporal. Y, entre estos, los que duran menos de un día aumentaron el 18,7% respecto al 2017. Lo que en el mercado laboral español no es incompatible con que el número de contratos indefinidos registrados fuera a cierre del 2018 el más alto en la última década, superando los 12 millones de ocupados.

MÁS CONTRATOS PARCIALES

Si bien es cierto que la temporalidad cierra el año disparada, la subocupación continúa su tendencia descendente y, desde los máximos del 2013, el finado 2018 fue el sexto año de bajadas.

Por lo que respecta a la parcialidad, la otra variable que suele ser sinónimo de precariedad, esta crece a mayor ritmo que las jornadas completas. Si bien el número de horas trabajadas en el comjunto del país a tiempo completo aumentaron el 3,9% respecto al mismo periodo del 2017, las de tiempo parcial lo hicieron al 6,8%.

No obstante, el peso de las jornadas completas sobre el total de horas, pese al retroceso, sigue siendo mayoritario, representando el 92%. Y esta realidad sigue siendo claramente mayoritaria entre las mujeres, que realizan el 75,3% del total de horas de jornada parcial.

El desempleo bajó al cierre del 2018 respecto al año anterior en 16 comunidades, especialmente en Cantabria, donde retrocedió el 30%, y sólo subió en Navarra, el 5,90%. Según la EPA, en cifras absolutas, las mayores reducciones del número de parados se produjeron en Andalucía (126.200), Madrid (70.400) y Comunidad Valenciana (65.900), mientras que en Navarra subió en 1.800 personas.

En cuanto a la tasa de paro, País Vasco (9,58%), Cantabria (9,68%) y Navarra (9,99%) registraron las tasas de paro más bajas el pasado trimestre en España. En el extremo opuesto, Extremadura (23,1%), Andalucía (21,26%) y Canarias (19,99%) presentaron las más elevadas.