Para ejemplificar el elevado coste de los servicios públicos que tienen que brindar estas comunidades, el consejero de Política Territorial del Gobierno de Aragón puso como ejemplo el precio que supone un alumno de Secundaria de Albarracín frente a uno que estudie en un instituto de Zaragoza. De este modo, un joven de esta localidad turolense supone un gasto a las arcas públicas de más de 9.300 euros, frente a los 3.300 del escolar de la capital. Igual ocurre con la prestación sanitaria, que en un pequeño municipio pirenaico cuesta más que en los grandes núcleos. De las 63 ciudades españolas que superan los cien mil habitantes, solo 9 están en estas comunidades (3 en Castilla y León y Galicia, 2 en Asturias, una en Aragón y ninguna en Extremadura y Castilla La Mancha).