Los límites de velocidad que ahora se modifican se fijaron a principio de los años 80, cuando la red viaria española no tenía casi kilómetros de vías de alta capacidad, situación completamente distinta a la actual. Esta iniciativa supone reducir la diferencia de velocidad entre vehículos de transporte de viajeros y mercancías respecto de los turismos. Los países de la UE con menores tasas de fallecidos por millón de habitantes en accidente de tráfico tienen un diferencial de límite de velocidad entre vehículos ligeros y pesados, en carreteras convencionales, que oscila entre el 0 y 10 kilómetros por hora.