Las máquinas pueden seguir trabajando en la calle Don Jaime I. Las medidas cautelarísimas solicitadas por la Asociación de Vecinos Reyes de Aragón, en las que pedían la paralización urgente de las obras de elevación de la calzada hasta igualar la rasante de la acera, fueron desestimadas ayer. La jueza María José Cía Benítez, titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 5 de Zaragoza, argumenta su resolución en el «interés público», al que apela para considerar, no solo que sería más perjudicial detener los trabajos ya iniciados y dejarlos a medias, sino que además no observa que pueda causar perjuicio alguno a los comercios el hecho de continuar con ellos.

Sin embargo, lo que podría ser considerado como una victoria sin paliativos del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) ante las críticas de vecinos y comerciantes de la calle Don Jaime I, no se interpreta así por la parte recurrente. La asociación vecinal celebra que la magistrada haya admitido a trámite la demanda presentada, que cuestiona la fórmula de contratación escogida por ZeC, y confía en que sí ordene la paralización de las obras tras darle audiencia al consistorio. Para ello, la magistrada le da un plazo de dos días hábiles para explicarse. Tras escucharle, podría decretarla como medida cautelar.

AVANCE RÁPIDO

Una interpretación diferente ante una misma resolución y, a la vez que se cumplen los plazos que da la Justicia al ayuntamiento para defenderse, las máquinas, a pie de calle, avanzan a una velocidad de vértigo. Si el pasado lunes se empezaba a levantar el asfalto a la altura del número 22, ayer ya estaba cubierta la primera capa de cemento, con aliviaderos incluidos en unos 50 metros de longitud mientras ya se estaba trabajando en el cruce con la calle San Jorge y en otros 40 metros más hacia la plaza del Pilar. A este ritmo, cuando haya una decisión estará ejecutada la mitad de las obras.

La magistrada explica claramente en su resolución que «no se aprecia la situación de urgencia que exige la ley, dado que la demora que se produce al dar audiencia a la Administración no provocaría la ineficacia de la medida cautelar». También dice que «tampoco se pone de manifiesto el perjuicio que sufre la recurrente por el inicio de las obras, que se limita a referir en el escrito que la paralización de las mismas a nadie perjudica». Por ello, descarta la cautelarísima, que en este caso habría aplicado sin oir los argumentos del consistorio, pero le da dos días hábiles para que alegue a lo que la demanda señala en su demanda. Y, una vez atendido, decidirá.

Así que la simple admisión a trámite no despeja las incógnitas mientras las máquinas aceleran el paso sobre la calzada de Don Jaime I en la segunda fase de unas obras que, según el ayuntamiento, ya tuvieron idéntico recurso en la primera, en el tramo entre el paseo Echegaray y el cruce con la calle Mayor y Espoz y Mina, con el mismo resultado en las cautelares solicitadas, la desestimación. Y a eso se aferra.

NO AISLAR AL ARRABAL

Lo explicó ayer el responsable de Urbanismo del ayuntamiento, Pablo Muñoz, quien destacó que la paralización de los trabajos supondría «aislar a la margen izquierda del Ebro durante meses y un grave deterioro para todos los vecinos y comerciantes de la calle Don Jaime I». Insistió en que no hay dudas sobre la peatonalización, porque no la habrá, y defendió que todas las irregularidades supuestas que se sustancian en la demanda vecinal no son tales, ni en su opinión ni en la de todos los informes que avalan la intervención. «Si pensara que las hay, no lo habría tramitado», añadió.

Las obras en Don Jaime I, añadió el edil, se están ejecutando con la fórmula «habitual» con la que se actúa en los viales de la ciudad, por ejemplo en la operación asfalto, y dijo que la afirmación de que la empresa, Infraestructuras Viales, trabaja sin contrato en vigor no es cierta, porque en realidad está «en situación de prórroga, como otras». Y llegó a cuestionar la legitimidad del recurrente para plantear un recurso de este tipo, ya que «si fuera una cuestión urbanística, sí podría, pero sobre temas contractuales debe ser de una parte interesada en el contrato».

Mientras, el presidente de la asociación de vecinos, Alejandro Aznar, sobre la desestimación de las cautelarísimas admitió que «había un 5% de probabilidades de lograrlas» y que «aunque habría sido muy bueno, aún puede paralizarse en las cautelares».