Vicente Aguarón pone hoy fin a sus 38 años de servicio. Recién cumplidos los 67, el Salud le comunicó a través de una carta que su permanencia en activo había concluido. "Las formas utilizadas son muy poco elegantes y un tanto vejatorias. Un día me dijeron que pasara por la sección de personal del hospital --el Clínico-- para decirme algo y, al entrar, una persona de Administración me mostró la comunicación de jubilación forzosa".

No fue una sorpresa, aunque Vicente ya había solicitado la tercera prórroga --hasta la entrada en vigor de la nueva normativa el Salud permitía continuar en servicio activo hasta los 70 años--. "Las dos anteriores me las habían concedido, pero no pasó lo mismo con esta, ya que el decreto establecía que las solicitudes presentadas hasta entonces ya no servían y que había que pedir otra nueva".

Así, sus planes sufrían una alteración radical. "Me encuentro perfectamente bien y entre mis metas tenía desarrollar un proyecto en el hospital y solo faltaba un sitio físico donde hacerlo", lamenta Vicente, que, además, subraya los contratiempos a nivel económico y familiar. "Te planteas tu vida y puedes estar inmerso en un crédito hipotecario para una segunda vivienda. Todo eso se derrumba y te hace caer en una situación muy incómoda".

Por eso, Vicente reconoce sentirse "impotente" ante la imposibilidad de continuar desarrollando su carrera profesional en el centro hospitalario de la capital aragonesa, aunque promete "seguir luchando". De hecho, su pretensión ahora es "poner en evidencia la injusticia que se ha cometido con nosotros".

De nada sirvió el apoyo de sus compañeros de especialidad y de sección. "He notado su respaldo, pero todo se mueve dentro de esa misma impotencia que ellos sienten ante una decisión que ya está tomada. Incluso su jefe de servicio presentó alegaciones que subrayaban la necesidad de contar con los servicios de Vicente, así como la dificultad para sustituir adecuadamente su puesto, pero "de momento, no han hecho ni caso".

Hoy, Vicente y cerca de 150 profesionales más dejarán, oficialmente, de ejercer "pero no podrán evitar que sigamos sintiéndonos útiles y en condiciones idóneas", aclara.