Las últimas elecciones trajeron un importante cambio a Teruel. El PP perdió su mayoría absoluta, por lo que los primeros cien días de la legislatura han sido un obligado ejercicio de consenso. "Ahora hay que consensuar, por eso desde el principio buscamos el apoyo del PAR y de CHA, que han recibido delegaciones dentro de la estructura municipal", explica Manuel Blasco, alcalde de la ciudad por el PP. "El hecho de que ya gobernáramos la ciudad entre el 2011 y el 2015 es ahora una garantía de continuidad, tranquilidad y estabilidad institucional", subraya.

José Ramón Morro, portavoz del PSOE en el consistorio, ve la nueva situación de otra manera. "Al no tener mayoría absoluta como antes, Blasco se ha puesto la piel de cordero", advierte el representante socialista, que no obstante reconoce que los populares tienen que contar con la oposición" para sacar adelante sus propuestas. Claro que el alcalde no se ha llegado a reunir con los socialistas "para estudiar posibles delegaciones", se queja.

En opinión de Morro, lo más importante de la actividad municipal serán los trabajos de revisión del plan de ordenación urbana (PGOU), algo que "se está haciendo con la participación de todos los grupos".

Manuel Blasco considera que el hecho de que vuelva a ostentar la alcaldía permitirá sacar adelante varios proyectos iniciados en la pasada legislatura. De momento, ya se ha modificado el servicio de autobuses, se ha lanzado una operación asfalto y se ha iniciado la revisión del PGOU. Otro de los retos de su mandato será la mejora de las comunicaciones con Zaragoza y Valencia por ferrocarril, apunta.

Su permanencia al frente del Gobierno de la capital turolense no está asegurada. Morro sostiene que en noviembre Blasco encabezará la lista al Congreso por la provincia y dejará el cargo. El regidor explica que él está "a lo que decida el partido" y ve ciertas posibilidades de simultanear el cargo local con las responsabilidades en Madrid.