Raquel D. P., de 37 años, fue asesinada ayer de madrugada por el que había sido su pareja desde hacía más de una década, David P. C., que se entregó en comisaría y confesó el crimen. Ambos vivían con su hija de nueve años en un domicilio del barrio zaragozano de Delicias, pero ayer la menor no estaba en casa, sino en la de la abuela materna, donde sigue. El hombre, de 39 años, pasará a disposición judicial, previsiblemente hoy, mientras a la víctima le fue practicada la autopsia ayer por la mañana, confirmándose con ella la muerte por estrangulamiento que había contado el agresor cuando se entregó.

Al cierre de esta edición no había trascendido si David P. C., detenido en cuanto la Policía Nacional confirmó que su confesión era cierta, declaró ante los agentes del Grupo de Homicidios. Lo que sí se sabe es que el hombre, en torno a las 5.00 horas, se presentó en la Jefatura Superior de Policía de Aragón y dijo apenas un lacónico «he matado a mi mujer». Luego dio las señas de su casa para que los agentes pudiesen ir a comprobar que el crimen era cierto.

SIN DENUNCIAS / La pareja, de nacionalidad española y no casada, residía en el primero derecha del número 14 de la calle Marcos Zapata. Un inmueble donde, según el buzón, vivía la víctima con su familia, pero que al parecer ahora ocupaba la pareja. La delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, confirmó que no había denuncias previas por violencia de género que pudieran haber puesto sobre aviso a las Fuerzas de Seguridad.

La delegada también apuntó, durante una rueda de prensa que acabó centrada en el crimen, que no había «constancia» de que la pareja estuviese en proceso de separación. Sin embargo, fuentes de la investigación sí apuntaron a que la intención de ella de separarse podía haber sido el desencadenante de la agresión. El hecho de que la niña no estuviese con ellos anoche podría ser un elemento importante en los hechos, pero es algo que deberá dilucidar la investigación.

Al parecer, la agresión se produjo de forma sorpresiva, sin que llegase a haber una gran pelea. Así lo apuntalaban los testimonios de vecinos como Rosa Nelly, que afirmó que, pese a que en la comunidad «se oye todo», ni anteanoche ni habitualmente se escuchaban discusiones en la vivienda, al menos en los cuatro meses que ella lleva residiendo allí. De hecho, y aunque trasnochó por el calor, «hasta las 5.30 horas no vimos nada raro, cuando vino mucha Policía y la ambulancia». Tampoco las excompañeras de la víctima en el Mercado Delicias sabían nada de una mala relación previa entre los dos.

Los sanitarios no pudieron reanimar a la joven. De hecho, a falta de conocer la declaración del asesino confeso o los resultados detallados de la autopsia, tampoco se sabe a qué hora ocurrió el asesinato. Parece ser que no transcurrió mucho tiempo entre el estrangulamiento y la entrega de David P. C. en comisaría.

DESDE EL 2016 / Raquel D. P. no solo fue la primera víctima mortal de la violencia de género de este año en Aragón, sino que hacía prácticamente dos, desde julio del 2016, que no se registraba ningún crimen machista en la comunidad. El último fue el del punto de encuentro de Conde Aranda, en el que murió la joven rumana Alexandra S., de 28 años. Presuntamente a manos de su expareja, que la emboscó después de haber dejado allí a su hijo común para el intercambio, y que aún está pendiente de juicio.

Pero la ausencia de víctimas mortales en tantos meses parece algo anecdótico teniendo en cuenta que, con la zaragozana, ya son 17 las mujeres que han perdido la vida este año a manos de sus parejas o exparejas. Y aunque los asesinatos sean lo más visible, las denuncias por violencia de género batieron records el año pasado en Aragón, según destacó el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) en su memoria judicial. La mayoría de ellas siguieron siendo por lesiones y tras la intervención policial.

ZARAGOZA

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