Mujeres de muy distintos ámbitos se mostraron ayer en Zaragoza a favor de mantener la política de cuotas, que establece porcentajes de representatividad femenina en numerosas instancias del poder, con el fin de llegar de esa forma a una paridad total con los hombres.

Este pronunciamiento unánime se llevó a cabo en el Patio de la Infanta, en la sede central de Ibercaja, que acogió el II Foro Efeminista 7 de marzo, que fue inaugurado por el presidente de Aragón, Javier Lambán, y coordinado por Isabel Poncela, delegada territorial de Efe en la comunidad.

«En el Consejo Estatal del Pueblo Gitano hay mujeres porque se impusieron unas cuotas, sino todos los cargos los ocuparían hombres», subrayó Isabel Jiménez, directora de la Fundación del Secretariado Gitano, que intervino en el debate junto a Marta Valencia, responsable de Amanixer, una entidad de mujeres discapacitadas; la científica Julia Herrero, profesora del Centro Universitario de la Defensa; la fotoperiodista Judith Prat y la cineasta Vicky Calavia.

Herrero subrayó que, sin las cuotas, «nunca va a cambiar la situación» que deja a las mujeres en minoría en los órganos representativos. «Incluso en las carreras donde hay muchas mujeres, estas no aparecen luego en los puestos de dirección», denunció.

Vicky Calavia ahondó en la misma línea al señalar que, en el mundo del cine, los hombres copan todo lo relacionado con la producción, la dirección y la realización de guiones, donde las mujeres ocupan porcentajes que oscilan entre el 2% y el 26%. Esta desigualdad, continuó, se prolonga en los presupuestos, lo que tiene como resultado que «el relato» que se impone a la sociedad «está hecho desde el punto de vista masculino».

Marta Valencia se mostró partidaria de «trabajar mucho en la sociedad», que considera a las mujeres con discapacidad como unos seres «añiñados, asexuados e invisibles». «Las discapacitadas somos más del 50% del total del colectivo y sin embargo la gestión de nuestras asociaciones la desempeñan mayoritariamente los hombres», aseguró.

Judith Prat explicó cómo su trabajo consiste en gran medida en reflejar la opinión de las mujeres en los países en los que desarrolla su cometido y que se ven sometidos a algún tipo de conflicto. Dar solo la opinión de los hombres, dijo, es construir un «relato incompleto». «El cambio en África y en el mundo musulmán pasa también por las mujeres», manifestó.

La consejera María Victoria Broto, que clausuró el acto, denunció que el acceso de las mujeres al empleo en el siglo XX las había encerrado en la «trampa de la doble jornada» y abogó por la «corresponsabilidad», más allá de la conciliación. Y criticó a los hombres que dicen que «estos días se habla demasiado de nosotras». «¿Cuántos años, cuántos siglos, hemos tenido que aguantar sin que se hable de nosotras?», preguntó.

Por su parte, Javier Lambán hizo una introducción en la que señaló que la «irrupción imparable de la mujer» en todas las facetas de la vida es una de las tres revoluciones en marcha a comienzos del siglo XXI, junto al cambio climático y al continuo avance de la tecnología. Declaró que su Gobierno ha aumentado los presupuestos a temas de la mujer.

El director general de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo, manifestó que su entidad siempre ha apostado por una sociedad «inclusivista e igualitaria». El acto, que duró una hora y media, estuvo amenizado con las canciones de la guitarrista Eva McBel.