La lucha feminista se ha visibilizado en todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, por su presencia minoritaria, en el mundo rural el punto de vista de las mujeres sigue relegado a un segundo plano a pesar de la labor realizada en los últimos años. En Aragón, según los datos del Instituto Aragonés de Estadística las mujeres solo representan el 24,67% de la actividad en la agricultura, la ganadería, la silvicultura o la pesca. Un porcentaje que desciende al 17,85% si se atiende a la cifra de las afiliaciones en alta laboral al régimen de la Seguridad Social. Esta situación laboral se ve perjudicada además por el hecho de que la mayor parte de los titulares de las explotaciones agrarias son varones: 35.158 frente a 10.300.

Además, la estadística indica que el porcentaje de mujeres con estudios superiores es mayor en las zonas urbanas. Esta realidad genera perjuicios en forma de falta de oportunidades que fueron expuestos ayer durante unas jornadas celebradas en Zuera con motivo del día internacional de la mujer rural. «Debemos recordar y destacar el papel de nuestras madres y abuelas que lucharon para que nosotras pudiéramos elegir nuestro futuro», defendió la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, Mariví Broto.

MENOS ESTUDIOS

Los últimos datos precisan que solo el 2,3% de las mujeres rurales menores de 45 años tienen un nivel de estudios inferior a los estudios primarios, mientras que este porcentaje asciende al 8,2% en el caso de las mujeres comprendidas entre los 45 y los 64 años de edad se eleva considerablemente (43,8%) en el caso de las mujeres de 65 o más años.

Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, insistió en la idea de que la mujer del medio rural «está discriminada por ser mujer y está discriminada por ser mujer en el medio rural». Por eso defendió que se tomen medidas públicas para que adopten «un papel más preponderante», también a la hora de acceder a puestos de responsabilidad política. «Está demostrado hasta la saciedad que cualquier política de desarrollo rural y económico en los pueblos pequeños sin contar con las mujeres es absolutamente imposible», afirmó.

EXPLOTACIONES

En esta situación se encuentra la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de Aragón (Fademur), Esther Ibáñez. La agrupación ha constatado las mujeres son las responsables del 54% de los emprendimientos en los pueblos, a pesar de la falta de «oportunidades y derechos» que se vive en esas zonas y que han puesto en riesgo la supervivencia de muchos territorios. En su caso, como ganadera instalada en Ojos Negros, una de las principales reivindicaciones pasa por un programa de ayudas como la PAC que dé respuesta a las necesidades específicas del colectivo.

En la misma línea se manifiestan desde COAG en Aragón y la Confederación de Asociaciones de Mujeres del Mundo Rural (CERES). «Somos una minoría en la toma de decisiones y la planificación», lamentó la portavoz Inmaculada Idañez. Para estos dos colectivos es necesario abordar una «estrategia de empoderamiento» de la mujer rural y el desarrollo efectivo de la ley de titularidad compartida de las explotaciones. Otro punto de presión a los gobiernos, tanto estatal como autonómico, tiene que ver con adaptar las ayudas de la Unión Europea a «una perspectiva de género» con medidas de apoyo económico y social.

Las necesidades también se extienden a la oferta de servicios. «La mujer es fundamental para asentar población. Somos nosotras las que decidimos dónde se asientan las familias y lo hacemos en función de los servicios que tienen los pueblos. Por eso es fundamental el mantenimiento de las escuelas o de los centros médicos», expresó Broto.