Teruel es la provincia aragonesa más golpeada por la despoblación, algo de sobra conocido gracias, en gran parte, al tesón y compromiso de la plataforma ciudadana Teruel Existe. Sin embargo, en Aragón, uno de los territorios europeos más afectados por esta problemática, hay más desiertos demográficos. De hecho, seis de las 33 comarcas aragonesas tienen menos de cinco habitantes por kilómetro cuadrado. Sobrarbe y La Ribagorza, en el Pirineo oscense, son dos de ellas y la llegada del turismo no ha logrado revertir la situación. Campo de Belchite, Campo de Daroca y Los Monegros también están sufriendo una sangría importante de habitantes. La manifestación de hoy tratará de buscar soluciones para todas ellas.

La provincia oscense ha sufrido en primera persona los efectos de la despoblación. En la última década, todas sus comarcas, salvo la de la capital, han perdido habitantes a pesar del incremento del turismo y las estaciones de esquí. Lo saben bien en Bailo (La Jacetania), donde la gente joven brilla por su ausencia. «La escuela cerró hace tres o cuatro años porque casi ya no hay niños», lamenta Pilar Buesa, vicepresidenta de la asociación cultural Acurba, que hoy estará presente en la marcha de Madrid con pancarta propia.

«Nuestras alternativas de transporte cada vez son menores, ya no tenemos tienda y las dos sucursales que había han cerrado», indica Buesa, que lamenta que la gente joven emigra «por la falta de oportunidades laborales». Su problemática es recurrente en otros municipios de la provincia. En Los Monegros por ejemplo, la población ha caído más de un 10% en la última década.

«Estamos igual de afectados o más, pero aquí somos mucho menos activos que en Teruel, donde continúan peleando», lamenta Buesa. De hecho, al menos que se haya comunicado, la representación oscense en la marcha de hoy en Madrid se reduce a Bailo y Sariñena, donde la convocatoria ha partido de los representantes políticos.

En un principio, el Campo de Daroca será la única comarca zaragozana presente hoy en La revuelta de la España vaciada. Sus políticos y ciudadanos ya se concentraron el pasado 9 de marzo para visibilizar la sangría demográfica que está sufriendo este territorio. 22 de los 35 pueblos de la comarca cuentan con menos de 100 habitantes, cifra que no llega a 50 personas en 8 de ellos. La tendencia se ha agravado en los últimos años por la elevada tasa de envejecimiento y la escasa presencia de jóvenes.

Una situación recurrente que afecta a muchas comarcas de la comunidad y que, a tenor de las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística, va a continuar en los próximos años. Según el INE, Teruel será la única provincia aragonesa que reduzca su población de aquí al 2033, mientras que los habitantes seguirán concentrándose cada vez más en Zaragoza. De hecho, se estima que su área metropolitana supere en ese año los 900.000 residentes, aglutinando a más del 70% de la población de Aragón.

«Muchos pueblos no tendrán habitantes durante el invierno, pero los veraneantes son y serán la cantera de los municipios abandonados», subraya el director de la Cátedra de Despoblación de la Universidad de Zaragoza, Luis Antonio Sáez.

En este sentido, el catedrático indica que muchos pueblos podrán estar vivos aunque sean pequeños (siempre que haya jóvenes) e incide en apostar «por lo cualitativo y no por lo cuantitativo». «Muchos territorios tendrán que adaptarse a esta nueva realidad, aunque cada vez más gente apostará por la calidad de vida del medio rural», concluye Sáez.