Como si se hubieran subido al inolvidable Delorean de Regreso al futuro, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez volvieron ayer al año 2016. Pese a que parecían haber subsanado aquel error con la moción de censura a Mariano Rajoy, la falta de acuerdo entre ambos volvió a frustrar la investidura del líder del PSOE. Ahora, como entonces, se repiten los reproches y la búsqueda de culpables, en plena batalla por el relato de una nueva investidura fallida.

«¿Va a volver a hacerlo, señor Iglesias?», le soltó ayer desde la tribuna el presidente en funciones al líder de la formación morada. «Una negociación de gobierno merece, al menos, no ser cutre», le devolvió el secretario general morado.

Aunque esta vez no hubo trifulcas a vueltas con la cal viva, el tono y las palabras de uno y otro recordaron a los usados en la investidura fallida del líder socialista. Entonces, como ayer, Iglesias reclamaba a Sánchez que les mostrara «respeto» mientras que este le acusaba de «bloquear» un gobierno progresista. El desencuentro del 2016 terminó con una repetición electoral que reforzó a la derecha, algo que los politólogos vaticinan que se repetiría ahora si no se llega a un pacto.

El PSOE y Podemos se pasarían después de aquel desencuentro dos años culpándose de haber mantenido a Rajoy en el Gobierno hasta que, finalmente, unieron fuerzas en la moción de censura del 2018. La sintonía de hace un año se ha esfumado, fulminada de la misma manera que la torre del reloj de Regreso al futuro, y las dos fuerzas de izquierdas reinciden en el tono agrio de hace tres años con la inquina con la que Biff Tannen atacaba a la familia McFly.

CUENTA ATRÁS

Ahora, como ocurrió en el 2016, quedan dos meses para intentar otra investidura. Rajoy, más por obligación que por ganas, acabó probando suerte antes de convocar otros comicios. En este caso, si el Congreso no elige un presidente antes del 23 de septiembre, se disuelven las Cortes y el BOE publicará otro real decreto de convocatoria electoral, que entrará en vigor el día posterior.

Si Sánchez no es investido, el 25 empezarán a contarse los 47 días que han de pasar antes de unas nuevas elecciones generales, que se celebrarían el 10 de noviembre.

De la voluntad de Podemos y del PSOE dependerá que en los futuros almanaques políticos se marque el 2019 como el año en el que se formó el primer gobierno español de coalición tras la reinstauración de la democracia.