La bicifestación en contra del trasvase del Ebro que tuvo parada ayer en Zaragoza fue elegida por Podemos para reivindicar «una nueva cultura del agua» que pasaría por la prohibición de su «mercantilización».

Bici en mano y arropada por el secretario general de Podemos en Aragón, Nacho Escartín, la candidata al Senado por Zaragoza, Yolanda Sancho, aseguró ayer que su formación no permitirá «que se apueste por un trasvase del Ebro por parte de partidos que cuando van a Levante lo prometen y cuando vienen a Aragón dicen todo lo contrario o se muestran de manera difusa y no son claros en el mensaje».

Entre las medidas que incluye Podemos en su programa electoral destaca el fin de la mercantilización del agua. La formación considera que «la compraventa de derechos concesionales es la manera moderna de convertir un derecho humano como el agua en un producto financiero», así que quieren prohibir por ley el tráfico de este bien común, «vinculado a las grandes obras del agua que solo benefician a las grandes constructoras y a los fondos de inversión».

En esta línea, Podemos quiere acabar con la política de los embalses, heradada del franquismo y que ha obligado a desalojar varios pueblos. Como alternativa, se sustituirá por una nueva cultura del agua basada en su demanda. Según Podemos, es la única estrategia eficaz para mitigar episodios extremos y cada vez más frecuentes, como sequías y crecidas, al tiempo que sirve para construir un sector agropecuario puntero.

Entre sus propuestas también reluce su intención de recuperar la gestión pública de las centrales hidroeléctricas cuyas concesiones para la explotación privada hayan caducado ya o vayan a hacerlo.

Esta medida incluiría la reversión y paralización de las privatizaciones del suministro, el riego, el saneamiento y la depuración de aguas, que impedirá a partir de ahora «las irregularidades» que se produjeron en Aragón con el Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración y que Podemos ha denunciado en reiteradas ocasiones. De hecho, solicitó una comisión de investigación y la Cámara de Cuentas puso en cuestión el proceso.

Por último, y siempre teniendo en cuenta que Podemos entiende el agua como un derecho esencial, desde la formación se comprometen a no cortar el agua a las viviendas habituales que tengan problemas de impago por encontrarse en una situación de vulnerabilidad.

Muy relacionado con este asunto, hacen extensible esta medida al suministro eléctrico. Además de asegurar que con las reformas estructurales del sistema eléctrico se podrá bajar el precio de la factura de la luz, impedirán los cortes de suministros básicos de agua, luz y gas en las primeras residencias cuando el impago se deba a motivos ajenos a su voluntad, como la pobreza.