Los controles que está estableciendo la DGA en 23 municipios de la cuenca del Gállego detectaron ayer restos de lindano en otros dos municipios de la cuenca, Biscarrués y Marracos. De esta forma, son ya seis las localidades en las que está desaconsejado el consumo de agua de boca hasta una fecha indeterminada mientras crece la indignación entre los habitantes de los pueblos regados por este afluente del Ebro.

Mientras la DGA continúa trabajando para frenar el problema y conocer la causa de la aparición de restos de lindano en cantidades más elevadas de lo permitido --algo que ha generado sorpresa y cierta preocupación--, la coordinación con otras administraciones motivó que la Confederación Hidrográfica del Ebro efectúe desembalses en Búbal y la Sotonera para tratar de paliar así las afecciones. De este modo, en Búbal, pantano muy próximo al nacimiento del río, se desembalsa una media diaria de 20 metros cúbicos por segundo mientras que en la Sotonera, en el tramo bajo, se haga a 12 metros por segundo.

La intención es que con la dotación de esta agua se pueda conseguir una mayor disolución de este producto tóxico y palie los problemas que puede generar. Esta decisión fue criticada ayer por el PSOE e IU, que incidieron en que el lindano es muy poco hidrosoluble y se fija en el barro, una circunstancia que podría justificar que este compuesto aparezca en algunas localidades y en otras no. Los niveles que se alcanzaron ayer en Biscarrués y en Marracos fueron más elevados que en otras mediciones. De hecho, en la primera localidad fue de 0,65 microgramos por litro y de 0,38 en la segunda.

Además, el consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, anunció ayer que se harán controles también en otros canales próximos al río, como el canal de Monegros y la acequia de La Violada, para saber si el problema se ha extendido a otras áreas. Comisiones Obreras (CCOO) en Aragón consideró ayer que las administraciones deben dar "prioridad absoluta" a la salud pública de todos las personas residentes en zonas afectadas por la contaminación del pesticida lindano, aunque la DGA reiteró ayer que este no es un problema de salud pública, ya que no existe un riesgo potencial para la población.

Esto ha motivado la queja y el malestar de varios municipios de la parte media del río. La alcaldesa de Murillo de Gállego (Zaragoza), Marta de Santos, consideró ayer que hay "un serio problema de salud pública y medioambiental" y aseguró que el lindano es una sustancia "altamente cancerígena y que cuando llega al cuerpo no se expulsa". De Santos --en una queja que compartió con otros vecinos de municipios colindantes, criticó que el Instituto Aragonés del Agua no tenga previsto tomar con respecto a las redes de abastecimiento de su localidad en Morán, población de 30 habitantes afectada desde el pasado 19 de septiembre.