El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, estrenó la campaña para las europeas en Zaragoza ante 2.500 personas. En un discurso alejado de los triunfalismos, el líder de los populares fue de lo local a lo general. Subió a la tribuna aclamado por los suyos y apuntando en un diminuto papel. La lideresa del Ejecutivo autonómico, Luisa Fernanda Rudi, le había lanzado un órdago instantes antes: en el nuevo modelo de financiación de las comunidades se deben tener en cuenta las características propias de Aragón como la dispersión y el envejecimiento. Rajoy le cogió el guante y dejó claro su compromiso: que se valoren estas especificidades.

Rudi aprovecha cada intervención frente a líderes nacionales para dejar patente su postura con el nuevo modelo de financiación. Y ayer no fue una excepción. Hacia el final de su discurso, la presidenta del Gobierno formuló su única petición a Rajoy: que el nuevo modelo mejore la financiación de Aragón. Algo que pasa forzosamente por tener en cuenta la dispersión y el envejecimiento de la población. Le puso como ejemplo el coste de una plaza escolar en Zaragoza y el una en el Pirineo, que es cinco veces superior.

El presidente del Gobierno tomó buena nota, y no dejó pasar ni un minuto antes de comprometerse a incrementar las aportaciones del Estado a una comunidad como Aragón. "Me lo sé muy bien este tema porque soy gallego y ahí tenemos el mismo problema. Vamos a ver si tenemos inteligencia y habilidad para encontrar una solución justa al modelo de financiación. Este es mi compromiso. Lo voy a intentar", avanzó ayer Mariano Rajoy.

Así empezó su intervención en un mitin con poco calor humano y escaso calado político. Nadie logró levantar al público. El tono general fue plano. Los populares parecen tener como prioridad la concienciación de los suyos primero para que sean conscientes de la importancia de Europa, y segundo para que vayan a votar, en un momento en el que política está en horas bajas. Y con ella los representantes públicos.

A falta de anuncios, Rajoy centró su discurso en sacar pecho en la recuperación que está experimentado la economía española. Contrapuso la herencia que se encontró cuando llegó al Gobierno, con el déficit disparado, la prima de riesgo enloquecida y el rescate a la vuelta de la esquina, con la situación actual. Pronóstico que a finales de este año el crecimiento alcanzará el 1,2% y que se creará empleo neto. "Por primera vez tendremos más afiliados en la Seguridad Social", dijo. Estos mismos datos positivos los auguró para Aragón, pero sin entrar en mayores detalles.

La recuperación le sirvió al presidente del Gobierno para criticar al PSOE. Fue la única referencia que hizo a un partido político. "Los que dejaron caer la casa ahora nos dan consejos. Pero prefiero no hablar de la herencia porque sería un castigo demasiado inmisericorde para los asistentes", ironizó. Evitó los triunfalismos porque, señaló, "queda muchísimo por hacer". "Las cosas están mejor y España ha iniciado otro camino", aseguró. El PP ha dado, en su opinión, "una vez más la talla, siempre arreglando lo que otros estropean".

El PSOE fue el blanco de las críticas de Rajoy, pero también se refirió a los partidos pequeños, que han aparecido como nunca antes coincidiendo con estas elecciones. El presidente apeló al voto útil para evitar las tentaciones de algunos de apoyar a formaciones con mensajes más directos y con un menor desgaste por la tarea de Gobierno. Señaló que los grupos con pocos representantes en el Parlamento europea acaban siendo "irrelevantes". Cometen un "gravísimo error" quienes creen que no les afecta el resultado de las elecciones del 25 de mayo, piensan que "se puede votar a cualquiera" o que pueden "jugar con el voto" o utilizarlo para dar "un pellizco" de castigo a un partido. Temen los conservadores el castigo que pueden recibir de los sectores más descontentos con sus políticas.

Esta será una de las principales líneas en el mensaje político del PP. Para evitar la erosión, los conservadores insistirán en que las formaciones pequeñas que concurren a los comicios no tendrán influencia en el Parlamento Europeo. Recordó que en esa Cámara, que tiene 751 eurodiputados, contar con uno, tres, cinco o quince representantes es "irrelevante". Por eso pidió Rajoy el voto para su partido, que se integra en el Partido Popular Europeo --ahora mismo la más numerosa--, para insistir en que solo desde grupos grandes "se pueden hacer cosas y defender los intereses de todos".

Con el PP en Europa, insistió el presidente, se ahondará en el camino de la recuperación. "Hace dos años nadie creía en España. Nadie", recordó el jefe del Ejecutivo. Ahora, en cambio, "cada vez son menos los que dudan del futuro" del país. Para continuar en esta senda, Rajoy defendió las políticas de control del déficit y las reformas estructurales emprendidas por su Gobierno para salvar la crítica situación que se vivió con el colapso de los mercados financieros. "Lo único serio es ser serio, a medio y largo plazo", señaló Rajoy. Solo así, con esta receta, recordó, se volverá a crear empleo y la economía recobrará el camino del crecimiento. Eso dijo, pero sin demasiado entusiasmo. Se notó que era el primer día de campaña.