El vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, y el presidente del PP catalán, Josep Piqué, abandonaron el paseo de Gracia escoltados por un numeroso cordón policial que les protegió de las iras de un gran sector de manifestantes que les tildaba de "asesinos" y que llegaron a lanzarles algunos objetos. Rato, Piqué y otros dirigentes del PP catalán ya habían sido recibidos con insultos por muchas de las personas concentradas en los laterales del paseo, poco antes de la manifestación.

Una persona próxima a Pique, que también participó en la accidentada expedición, expresó a este diario su incredulidad por lo ocurrido: "Quienes nos insultaban no eran un grupo más o menos numeroso de radicales, era toda la gente", aseguraba. "Nos miraban con odio, nos llamaban asesinos y nos acusaban de todo", añadía.