Los alclades de la Galliguera indicaron que los centenares de millones previstos para construir el pantano de Biscarrués-Almudévar se inviertan en la descontaminación integral del río Gállego, puesto que consideraron que en su lecho hay desde hace años numerosos elementos tóxicos. A su juicio, este embalse solo propagaría el agua contaminada por los cultivos y por otros puntos de la provincia de Huesca.