Hay un porcentaje de la población que, tras haber contraído una infección coronavirus y desarrollar defensas contra esta, podría perder los anticuerpos específicos contra el virus. El último informe sobre el estudio nacional de seroprevalencia, desarrollado en tres etapas, incide en este fenómeno que hoy por hoy sigue arrojando muchas incógnitas. Entre la primera y la segunda ronda del macro estudio, se detectó un 7% de pacientes que había perdido los anticuerpos contra el coronavirus en un margen de unas semanas. Ahora, entre la segunda y la tercera ronda, este porcentaje sube al 14%.

En el desglose por comunidades, Aragón continúa, como todo el territorio español, muy lejos de la inmunidad de grupo, ya que según el estudio solo un 4,8 % de los aragoneses ha tenido contacto con el coronavirus. Así, la tercera oleada del macroestudio indica que estos porcentajes son del 4,7% en Zaragoza, del 5% en Huesca y el 4,9% en Teruel.

Estos resultados (obtenidos desde el 27 de abril en más de 36.000 hogares), lejos de leerse como una señal de alarma, añaden más piezas al «rompecabezas de la inmunidad», del que todavía se desconocen muchos factores. Según explicó Marina Pollán, directora general del Centro Nacional de Epidemiología, esta pérdida de anticuerpos podría deberse a un fallo (o a una baja sensibilidad) de los propios test de diagnóstico. También podría ser que los anticuerpos específicos desaparecieran, pero que las células se quedaran con la «memoria inmunológica» necesaria para que, en caso de reinfección, se volvieran a producir las defensas contra el virus. O que el cuerpo desarrollara otros mecanismos de defensa contra el virus, como es el caso de la inmunidad celular.

Sea cual sea la explicación a este fenómeno, no hay que olvidar que las incógnitas sobre el virus siguen siendo muchas. En este sentido, la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti, también recordó que seguimos sin saber cómo funciona la inmunidad contra este virus. Y que, como sugieren algunos estudios, esta protección podría ser transitoria. «Estos resultados deben leerse como un mensaje de prudencia, sobre todo para aquellos ciudadanos que ya han desarrollado defensas contra el virus y creen que no pueden volver a contagiarse. Ellos también deben seguir las mismas recomendaciones que el resto de la ciudadanía para evitar la infección», recalcó la investigadora.

Según sugiere el estudio, esta pérdida de anticuerpos es más frecuente en personas que no habían tenido ningún síntoma. Y mucho menos frecuente en los participantes con una PCR positiva (0,5%) y en aquellos que describieron pérdida súbita del olfato o del gusto (2,6%), un síntoma que por el momento parece asociarse a una mayor producción de anticuerpos por el organismo.

Esos resultados, pues, van en la línea de algunas investigaciones que sugieren que los pacientes que han pasado la enfermedad de manera leve o asintomática podrían volver a contraer la infección.

Uso de mascarillas

El estudio también analiza el uso de mascarillas durante la desescalada, obligatorias si no se puede garantizar la distancia de seguridad. En España reconocen no usarla nunca el 7% de las personas testadas, en Aragón este porcentaje era, según los datos de la tercera oleada entre el 15 y el 22 de junio del 8,8% en Huesca, del 8,5% en Zaragoza y del 7,4% en Teruel.

Respecto al perfil de la inmunidad de la población española frente al virus, se han observado algunas diferencias, siendo los sanitarios el grupo con más anticuerpos detectados, también sobre el 10%. Sea como sea, estas cifras «descartan que a corto plazo haya una inmunidad de grupo».

Con todos estos datos, Pollán señaló que «estamos muy lejos de alcanzar la inmunidad de rebaño» y que sería «muy poco ético» exponer a la población al virus para conseguirla, por lo que insistió en la importancia de las medidas de prevención, como el uso de la mascarilla.