En Alcañiz todo parece ir sobre ruedas durante este fin de semana. También la seguridad. En realidad, viene siendo así desde hace tiempo. Se diría que desde el principio, cuando la irrupción de Motorland en el calendario mundial del campeonato de motociclismo obligó a diseñar un despliegue nunca visto antes por estos lares. Luego, la mejora de las instalaciones y de los accesos también ha repercutido en un dispositivo del que forman parte alrededor de 600 efectivos de la Guardia Civil y que también ha ido evolucionando «conforme han ido mejorando» los accesos y las instalaciones. «Todo eso nos ha ido facilitando el trabajo siempre con una idea principal, la de diferenciar el flujo de turismos con el de las motos para evitar accidentes», expone Julián Cebrián, jefe del dispositivo de Tráfico de la Guardia Civil elaborado para Motorland.

Porque, en realidad, ese es el objetivo: evitar males mayores. Y el Gran Premio de Aragón no suele dar excesivos problemas en ese sentido. De hecho, el año pasado no se produjo ni un solo accidente grave, así que ni siquiera hubo heridos. Hace dos, en cambio, fallecieron dos personas. «Varía mucho de un año a otro. Influye mucho, por ejemplo, la climatología, que provoca que la gente decida venir en moto o en coche», explica el teniente. En ese sentido, el viernes se convierte en el día más peligroso. «Lo es porque no hay tanto volumen de tráfico. Lo más peligroso son los traslados desde los lugares de procedencia hasta el circuito. El fin de semana, al estar todo el mundo más cerca, la circulación es más lenta y, por consiguiente, la probabilidad de accidente es menor». Así que el problema no está en las inmediaciones del circuito, sino lejos de él.

Motorland tampoco provoca un alto número de infracciones. De hecho, se diría que estas son bajas en relación a la gran cantidad de visitantes que llegan a Alcañiz. «Se montan dispositivos tanto de día como de noche que centramos en alcohol y drogas y la realidad es que no existe un excesivo número de infracciones. Ni mucho menos. No son cifras que disten mucho de un fin de semana normal», asegura Cebrián. Desde luego, nada que ver con los positivos por ambas sustancias que se registran en otros eventos cercanos, como las fiestas del Ángel, en Teruel. Tampoco las multas por velocidad son una constante.

Dentro del circuito, la seguridad también va sobre ruedas. Nada más acceder al recinto, una patrulla de la Guardia Civil ejerce de primer dispositivo de control y la presencia de agentes es continua y constante por el paddock. Seguridad ciudadana, antidisturbios, escuadrón de caballería, especialistas en explosivos y la unidad canina completan un dispositivo que mantiene todas las medidas implantadas el año pasado, cuando se activó el nivel 4 de alerta terrorista tras los atentados en Barcelona y Cambrils del año pasado.

Sí ha cambiado el primer puesto de control de acceso a Alcañiz. Una de las avenidas principales, habitual escenario de carreras ilegales, está ahora cortada al tráfico y las inmediaciones de la plaza de toros ha tomado ahora el relevo como marco de maniobras prohibidas. Poca cosa, en todo caso, para un Gran Premio «muy seguro», afirma Cebrián. Ni sustos, ni amenazas. Todo en orden por Alcañiz. Sobre ruedas.