Los miles de dueños de preferentes de Bankia, que suscribieron títulos por unos 3.123 millones de euros, perderán el 39% de su inversión inicial, o lo que es lo mismo, unos 1.218 millones de sus ahorros. Esta es la quita --la menor de entre las nacionalizadas-- que ha impuesto Bruselas para reducir la inyección de ayudas comunitarias.

Si aceptan el canje, eso sí, los titulares van a recibir acciones del banco, cuyo valor es una incógnita. La entidad está negociando con las autoridades el precio que tendrán las nuevas acciones de la ampliación de capital de 10.700 millones de euros que le permitirá recibir las ayudas públicas. En cualquier caso, el precio será inferior al de cotización en bolsa, y por eso los títulos cayeron ayer el 9,34%, hasta los 0,961 euros.

En conjunto, el ya nacionalizado grupo BFA-Bankia va a recibir 17.959 millones adicionales en ayudas, inferiores a los 24.700 millones de necesidades de capital detectados en la auditoría a la banca española. La diferencia se debe al ahorro que supone el traspaso de activos tóxicos al banco malo (200 millones) y las pérdidas que soportarán los dueños de preferentes, deuda subordinada perpetua (46% de quita) y deuda subordinada con vencimiento (14%), que aportarán hasta 6.500 millones (de los que 1.936 millones son deuda subordinada con vencimiento, vendida a pequeños inversores, como las preferentes).

RECORTES Y MENOS CRÉDITO El apoyo comunitario está condicionado a un duro plan de ajuste. Hasta el fin del 2015, el grupo tendrá que reducir sus oficinas un 39%, desde los 3.117 a las 1.900, y la plantilla el 28%, de los 20.599 a los 14.500 trabajadores. El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró ayer que la cifra de despidos estará "claramente por debajo" de esas 6.000 bajas. Se reducirá el número de trabajadores también con la venta de participadas y la externalización de algunos servicios.

Bankia, además, deberá recortar fuertemente el tamaño de su activo, aunque según fuentes cercanas esta reducción será inferior al 60% de media anunciada por el comisario europeo Joaquín Almunia para las nacionalizadas. El crédito caerá el 46% hasta el 2015, hasta los 125.000 millones, y el banco contará con dos años más para hacer un ajuste adicional. También venderá participaciones, como la que tiene de Mapfre.

El grupo prevé perder este año 19.000 millones por el fuerte saneamiento de balance que ha hecho (24.800 millones en provisiones), pero espera ganar 800 millones en el 2013, 1.100 millones en el 2014 y 1.200 millones en el 2015. "No sé si se va a cumplir, porque no soy mago, pero me voy a dejar la vida en lograrlo", según aseguró Goirgolzarri.