Ignacio Montaner (Zaragoza, 1965) lleva nueve meses al frente de Endesa en Aragón, una empresa en la que ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional tras incorporarse en 1992 a la antigua Eléctricas Reunidas de Zaragoza (ERZ). Ahora le toca lidiar con la decisión de clausurar la térmica de carbón de Andorra en junio del 2020, un anuncio que, aunque esperado, ha levantado una enorme polvareda política y social.

-¿Quién es el mayor culpable del cierre de la central?

-No sé si se debe hablar de culpables. Se dan una serie de circunstancias que han hecho que no sea rentable hacer las inversiones en la central. El origen de todo y la principal causa es el compromiso de la Unión Europea y los países miembros contra el cambio climático, lo que ha llevado a imponer límites cada vez más estrictos a las emisiones de CO2 y a apostar por las energías renovables.

-Queda sólo un año y medio para ese apagón, ¿por qué se ha esperado tanto en confirmarlo?

-Desde hace tiempo venimos diciendo que con las actuales condiciones regulatorias y de mercado Endesa no podía hacer las inversiones. Hace dos años que las inversiones en Andorra no están contempladas. Hemos apurado los plazos esperando que se produjera un cambio que evitara este anuncio, pero ya no había más tiempo y teníamos que formalizar la solicitud del cierre.

-¿La posición anticarbón de la ministra Teresa Ribera ha influido en la decisión?

-Ha influido porque ha confirmado que no va a haber cambios regulatorios para favorecer las inversiones en esta instalación. Pero es una decisión que se venía gestando desde hace mucho tiempo. Todos los gobiernos han desarrollado medidas legislativas contra el cambio climático y, por tanto, contra el carbón; nadie debe ahora rasgarse las vestiduras.

-¿Que la empresa esté ahora en manos italianas y no españolas ha pesado en el cierre?

-Es una decisión independiente de la nacionalidad de Enel o Endesa. Cualquier empresa no hace una inversión de 180 millones de euros, que no es poco, en una instalación si no va a ser rentable y de futuro. Endesa, como cualquier compañía, lo que hace es priorizar sus inversiones en base a su plan estratégico. La situación es la que es. La central no cumple con las directivas europeas de emisiones que España ha traspuesto y está obligada a cumplir. Y la empresa, al igual que todos los países de la UE, está en un proceso de descarbonización y apuesta por las renovables.

-El sistema eléctrico no puede sostenerse por ahora solo con renovables, hacen falta fuentes de respaldo como el carbón.

-Hasta que se desarrollen las baterías, hace falta potencia firme para respaldar las renovables. En el mercado peninsular hay 100.000 megavatios de potencia instalada y una punta de demanda que no llega a 45.000 MW. Existen otras centrales que puede dar firmeza al sistema aunque cierre Andorra, como los ciclos combinados que están al 10% de su capacidad. De todas formas, la última palabra sobre esto la tiene Red Eléctrica, que deberá decir si esta central es prescindible o no por la seguridad del sistema.

-Invertir 180 millones es poco sobre los 1.400 millones que la empresa prevé ganar este año.

-Sí, pero dentro del porfolio de inversiones de Endesa, Aragón ocupa un lugar preferente. En tres años la empresa va invertir en la comunidad 190 millones para desarrollar la red de distribución. Y en renovables va a desarrollar aquí más de 400 MW, de eólica, el 75% de la potencia que se ha adjudicó en las subastas verdes, lo que supone invertir otros cerca de 450 millones. También vamos a promover plantas de fotovoltaica en la comunidad. No es verdad que Endesa o Enel no tengan sensibilidad con el territorio, pero hay que ver dónde se hacen las inversiones. El plan de futuro de la compañía va por donde van los tiempos. Cuando son las administraciones las que priorizan las renovables en sus contratos todos lo aplauden.

-Pero Endesa seguirá quemando carbón en La Coruña y Almería.

-Es una cuestión de competitividad. El problema de Andorra es que está lejos de la costa, lo que encarece el coste del carbón de importación en relación a las centrales donde Endesa ha hecho las inversiones (Puentes y Litoral), que lo reciben en el puerto.

-Lambán ha dicho palabras muy duras contra la compañía.

-En un momento de calentón son disculpables, pero me duele porque el Gobierno de Aragón sabe que Endesa siempre ha estado a su lado impulsando proyectos. Somos parte de este territorio y queremos seguir siéndolo como lo demuestran los más de 600 millones de inversiones reales que ya hemos comprometido.

-La DGA sigue alumbrado la posibilidad de que se alargue parcialmente la vida de la central más allá del 2020, ¿es posible?

-Con las circunstancias actuales no lo vemos posible. Hay una norma de emisiones que pone limitaciones muy estrictas incluso para un funcionamiento inferior a 1.500 horas al año. El problema de fondo es que conforme evolucione el mix energético, las centrales de carbón van a tener aún menos cabida. Haría falta algún tipo de incentivo para garantizar el funcionamiento y en todos estos años ningún gobierno lo ha puesto. No hay vuelta atrás.

-¿Cómo será el plan para compensar la desinversión?

-De forma complementaria estamos preparando un plan de futuro para minimizar en la medida de lo posible el efecto que el cierre tendrá en la comarca. Es un documento en el que venimos trabajando hace meses. Tenemos un compromiso de recolocación con todos los trabajadores de Endesa y vamos a intentar garantizar al personal de las contratas que tengan cabida en los trabajos de desmantelamiento, que durarán de cuatro a seis años con una media de 130 trabajadores.

-¿Hasta cuándo se comprará carbón a Samca?

-Será en función de lo que funcione la térmica hasta junio del 2020, lo que depende de la demanda del mercado y de la climatología.