Los vecinos de la calle Pignatelli de Zaragoza se reunieron ayer a las 11 de la mañana en la puerta del ayuntamiento para, a través de una concentración, manifestarse respecto a la falta de seguridad en su barrio. Unas cien personas provenientes, tanto del entorno de Pignatelli como del barrio Oliver, sacaron las pancartas para exigir unas soluciones que consideran necesarias ante la situación límite que llevan arrastrando durante meses, donde los gritos, los ruidos, las basuras y las peleas, han creado un ambiente donde «no se puede vivir», explicó uno de los vecinos, quien también aseguró que si las cosas seguían así, esta no iba a ser la única concentración que iban a llevar a cabo.

Un representante de los vecinos aseguró que no podían más, «Ha llegado un punto que es insostenible. Los vecinos estamos amenazados, ha habido agresiones y las instituciones nos abandonan», explicó.

Según aseguraron, en la calle Pignatelli hay «27 puntos calientes y 8 edificios con 17 viviendas ocupadas». Los vecinos tenían claro cuál era su petición unánime: «soluciones de seguridad, no solamente a nivel policial, queremos presencia policial pero queremos sobre todo seguridad urbanística».

CUESTIÓN SOCIAL

El concejal del Partido Popular, Alfonso Mendoza, aseguró que muchas de las cuestiones atañen a otras administraciones y que no eran «competencia del ayuntamiento». Mendoza explicó que en todos los problemas que planteaban, había «una cuestión social» y que no podían empezar solo por el final, que era «la seguridad».

Mendoza entabló diálogo con uno de los vecinos, que explicaron que eran una «concentración pacífica» que no querían «ir en contra de nadie, ni en contra de la legislatura actual ni de las pasadas» y que solamente querían que no se cometiesen los errores que ya se habían cometido siempre. El concejal del PP insistió en que había que «llamar a otras puertas» . La situación cuando el anterior alcalde, Pedro Santisteve, llegó a la plaza del Pilar, empeoró y empezaron a escucharse silbidos y abucheos a gritos donde quedaba claro que no había sido buen recibido entre los vecinos que se encontraban en la concentración. Santisteve se defendió asegurando que era «normal» que estuvieran enfadados pero que desde su gobierno sí que hubo movimiento y se consiguió «sacar por unanimidad ese acuerdo de cerca de 70 medidas de regeneración del barrio».

GRANDES PROBLEMAS

Uno de los temas a los que más se hizo referencia fue al andamio que lleva situado en la calle Pignatelli desde hace más de 15 años. Los bomberos estuvieron hace dos semanas durante horas saneando el andamio debido a que existían riesgos de desprendimiento. Ante este hecho que tanto se le culpó al anterior alcalde de la capital aragonesa, este respondió que ellos ya habían tomado medidas que fueron recurridas en tribunales y que planteaban al nuevo gobierno «por qué seguía ahí» y que por iba a empezar la ejecución de «ese plan en el que hay consenso de los vecinos y de los grupos municipales».

Ante esta cuestión, Mendoza explicó que ellos llevaban «70 días y el andamio 15 años, es decir 5.470 días en los que no se había hecho nada» y aseguró que «antes de que acabe el mes» el andamio habría desaparecido.

El concejal de Podemos, Fernando Rivarés, explicó que ya había una solución teórica «que debe de poner en marcha urgentemente el gobierno de Azcón». Hacía referencia a un trabajo que se realizó a finales de enero del año 2019 y que fue aprobado en el pleno del ayuntamiento el día 30 de abril por unanimidad, en el que todo el barrio «especialmente los vecinos de la calle Pignatelli» se juntaron durante semanas para «trabajar en común y poner soluciones». En este trabajo se pueden encontrar hasta 100 medidas que afectan a diferentes ámbitos.