A las 13.00 horas de ayer, las empresas y los hogares aragoneses estaban consumiendo 1.100 MW/h de energía eléctrica, según confirmaba el director de Explotación de ERZ-Endesa, Jesús Fumanal. A esa hora, con un viento más que respetable azotando toda la depresión del Ebro, los parques eólicos situados en Aragón echaban humo , con una producción de 950 MW/h, casi al 100% de sus posibilidades. Sobre los cerros entre Almudévar y Tardienta que dominan la Hoya de Huesca --donde se ha instalado el Parque Eólico Santa Quiteria--, los invitados a la inauguración entendían a pie de obra el mensaje que transmitía ufano el consejero Arturo Aliaga: "En este momento, casi toda la demanda eléctrica que consume Aragón podría ser suministrada por energía eólica". Más didáctico imposible.

A no mucha distancia del nuevo parque, los 127 molinos de Tardienta 1 y Tardienta 2, instalados por Gamesa hace unos años entre este municipio y Torralba, giraban sus aspas en busca del kilowatio verde .

Ingresos

Sobre un mar de cebada que se mecía entre las turbinas, la alcaldesa de Tardienta, María Antonia Brusau, disfrutaba con la inauguración. No es para menos. 20 de los 40 molinos del nuevo parque se asientan sobre terreno de su municipio (el resto en Almudévar) y se pagan a 4.200 euros la unidad. El municipio cosecha 240.000 euros anuales de la industria eólica, prácticamente el 20% de su presupuesto. En su discurso ya lo dijo: "La energía eólica es fuente de futuro" y recordó que ha generado casi una veintena de puestos de trabajo en el pueblo. Por eso quizá se sumó a la demanda general de buscar soluciones a la evacuación de la electricidad que generan los parques, auténtico cuello de botella para la expansión del sector.

Y es que los kilowatios que atrapan las aspas de estos gigantes de 52 metros de diámetro cuando peinan el viento, no son fáciles de compaginar con la producción eléctrica constante que permiten otros sistemas como el nuclear o las térmicas y que mantienen la red de transporte estable. El viento es voluble, si sopla por debajo de los 3,5 metros por segundo el rotor no gira; si supera los 25 metros, se para. En esa orquilla las producciones son variables e inyectarlas en la red de distribución con sus altos y bajos supone un ejercicio de muchos equilibrios para los técnicos que manejan el sistema y que deben adaptarse a la demanda del consumo en cada momento. "A partir del 2005 habrá que avisar con 24 horas de antelación de la energía que se mete en la red", avisó el vicepresidente de la patronal eólica.

El sector energético en Aragón goza de buena salud, reconocen los técnicos. La mitad de la producción eléctrica se exporta fuera de la comunidad y la potencia instalada alcanza los 4.300 MW, un 55% de eelos procede de energías renovables, esencialmente la hidroeléctrica (sólo en la provincia de Huesca hay 1.145 MW, el 73% del total aragonés) y de la eólica (1.030 MW). Las térmicas y la incipiente cogeneración aportan el resto.

Un estudio de la Universidad de Zaragoza concluyó que en el periodo entre 2001 y 2004 el efecto de la construcción de parques eólicos puede representar unos 300 millones de euros, el equivalente al 1,2% del valor añadido bruto aragonés y un 5,3% del VAB industrial. La actividad económica que generan esas inversiones tienen, según el mismo informe, unas repercusiones de 3.870 empleos.

Ya le dijo Biel a la alcaldesa: "Los ingresos que generan en los municipios estos parques es una forma de financiar los servicios públicos".