José Luis Rodríguez Zapate- ro utilizó ayer su tono más mesurado para reprochar al Gobierno su actitud frente a la masacre. Aunque insistió en destacar "el día de luto" y poner el "consuelo a las víctimas" a la cabeza de sus prioridades, el líder del PSOE exigió al Ejecutivo "que informe con la mayor diligencia" de cuantos datos posea sobre la autoría del atentado. Y propuso para el mismo lunes "una reunión de todas las fuerzas políticas" que aúne esfuerzos para "plantar cara a los asesinos".

Las declaraciones de Zapatero se produjeron por la mañana, antes de la comparecencia del ministro del Interior, Angel Acebes, y del posterior comunicado de ETA negando su participación en la masacre. El abanico de buenas maneras que deplegó a esa hora el líder socialista no ocultó el malestar que reina en la sede central del PSOE por la forma en que el Gobierno está dosificando la información de las pesquisas sobre la autoría de la matanza de Madrid.

Zapatero se limitó a asegurar que se descubrirá a los culpables y que éstos "pagarán por ello". Pero José Blanco, secretario de organización del PSOE, acusó al Gobierno de José María Aznar de haber "retenido información" sobre la autoría del atentado y de querer mantener esa actitud hasta el lunes. El dirigente socialista aludió a las comparecencias de Acebes del jueves, en las que primero señaló "sin ninguna duda" a ETA y apuntó a Al Qaeda después. Ayer, pocos minutos antes de que ETA negara su participación, el ministro reiteró que el Gobierno seguía sospechando de ETA.

Blanco explicó que el Ejecutivo conocía la existencia de la furgoneta blanca robada en el barrio de Tetuán horas antes de la primera comparecencia de Acebes. Y añadió que tardó cinco horas en reconocer la posibilidad de "otra línea de investigación" desde que supo que había una casete con versículos del Corán y un detonador en esa furgoneta. El ministro compareció alrededor de 20.30 horas y la policía ya había acabado de analizar la furgoneta a las 15.00 horas.

Zapatero llamó a manifestarse ayer y votar mañana masivamente, porque el lunes "el desafío" del terrorismo "continuará". Evitó pronunciar las siglas de ETA porque el convencimiento "al 90%" de los socialistas es que el atentado fue obra del integrismo islámico, por eso aseguró que el español es "un pueblo fuerte que permanecerá erguido" y sabrá afrontar "las nuevas amenazas que se ciernen sobre el país".

Tampoco quiso pronunciarse sobre "las consecuencias políticas" que podría tener el atentado en función de que sea responsabilidad de ETA o de Al Qaeda. Las continuas exigencias del PSOE para que el Gobierno de Aznar dé cuentas de la participación española en la guerra de Irak desaparecieron ayer del discurso del líder del PSOE. No obstante, avanzó que "habrá tiempo" de analizar esas "consecuencias políticas".

JUNTOS SIN DEMORA Zapatero ocultó su mayor reproche tras una explicación de lo que él hubiera hecho de haber estado en la piel de Aznar: "Si yo hubiera sido presidente del Gobierno ayer (por el jueves) habría reunido a todos los grupos parlamentarios para defender conjuntamente la unidad frente a este desafío nacional".

Acto seguido propuso que el lunes, "sin más demora", sean convocadas "las fuerzas políticas a un esfuerzo unitario, para plantar cara a los asesinos".