Faltan todavía varios meses para la próxima cita electoral, esos idus de marzo en los que Rajoy y Rodríguez Zapatero se jugarán el ser o no ser, pero la especulación y el bureo alrededor de las listas comienza a dejar sentir su subterráneo rumor.

El más llamativo, hasta el momento, de todos ellos, hace referencia a la democristiana Verónica Lope, quien ejerciera como concejal de Asuntos Sociales, y creo recordar que también de Cultura, con el Partido Popular. Según mis sibilinas fuentes, doña Lope formará próximamente parte de la lista del PP al Congreso de los Diputados.

Como las cosas, y menos en política, casi nunca pasan por casualidad, habrá que volver la mirada hacia Luisa Fernanda Rudi, quien, fiel a la tradición, volverá a encabezar la circunscripción de Zaragoza. Puenteando abiertamente al presidente del PP-Aragón, Gustavo Alcalde, la actual presidenta del Congreso, cargo que tiene muy difícil consolidar, habría impuesto en Génova la condición de nominar de su cuerda un número dos, privilegio que podría haber recaído en alguno de sus más fieles, Octavio López, Antonio Suárez, pero que finalmente parece haberse deshojado en la margarita de la citada Verónica. Para la tercera plaza, apoyado por los jóvenes cachorros de Becerril, se postula de nuevo Ramón Moreno.

En esta hasta cierto punto sorprendente quiniela quedarían fuera José Atarés, encaminado hacia el Senado, y, sobre todo, Gabriel Cisneros, condenado a buscar otra demarcación en busca de su supervivencia política. Carente de sombra, Madame Veronique , un mejor y más aseado complemento para doña Luisa, cuyos deseos y órdenes siempre acató, comenzará con buen pie haciendo un loable servicio a Zaragoza al fumigar al Tío Gaby .

En el resto de los partidos, las incógnitas de las nominaciones de nuestros grandes hermanos y hermanas en las Cortes se mantendrán durante algún tiempo. Los socialistas Alfredo Arola y Merche Gallizo pugnan por repetir, pero pueden encontrarse con más dificultades de las previstas. La opinión de Marcelino Iglesias, a diferencia de lo que sucede con Gustavo Alcalde, pesará muy mucho en la estrategia de Aragón, puesta, como es natural, al servicio de José Luis Rodríguez Zapatero y sus insoportables dudas trasvasistas, o anti.

También hay misterio en Chunta Aragonesista. Su diputado, José Antonio Labordeta, acusa la fatiga parlamentaria, ese inacabable papeleo de comisiones, comparecencias, plenos, ruedas de prensa, marrones y bolos. Recuerda con nostalgia sus tiempos de cantautor, e incluso, en su proceso de manos libres, amenaza con escribir una novela sobre su experiencia en el Congreso. En el seno de CHA se perciben con inquietud tales síntomas, si bien confían en amarrar a su rentable icono. Caso que Labordeta renuncie, supongo que Chesús Bernal tiene todas las papelas de liberarse a su vez de su esquizofrénica papeleta en La Aljafería.

¿Y el PAR? José Angel Biel busca a marchas forzadas un candidato renovador, ilusionante, todas esas cosas. ¿Lo encontrará?

*Escritor y periodista