El anuncio de la vicepresidenta De la Vega de que el Gobierno pensaba instalar en Ranillas el Instituto Internacional de Investigación sobre el Cambio Climático, fue una agradable sorpresa. Nada más apropiado para después de la Expo que la utilización de las infraestructuras del meandro de Ranillas para un instituto de este tipo, que ofrecería a Zaragoza la posibilidad de ser ciudad de referencia internacional, en algo tan importante como el cambio climático. Además no nos vendría mal como contrapeso para contrarrestar las tendencias depredadoras de nuestras Administraciones (desarrollo urbanístico del Pirineo, dragado del Ebro...).

Claro que la sorpresa no fue solo para la ciudadanía, parece que también se sorprendieron en la DGA y en los ministerios de Medio Ambiente y de Vicepresidencia, pues nadie ha sido capaz de dar alguna información sobre ubicación concreta, plazos, financiación o cualquier otra cuestión relacionada con el anuncio hecho por la vicepresidenta. Vamos, que la cosa suena más a ocurrencia que a proyecto concreto. Espero que la propuesta de De La Vega tenga más contenido que el demostrado hasta ahora y sea un verdadero compromiso del Gobierno, el cambio climático es lo suficientemente serio como para utilizarlo únicamente como baza electoral.

Todo esto con permiso de Rajoy y sus seguidores, que han demostrado no saber nada sobre el cambio climático y carecer de la prudencia necesaria para abstenerse de opinar sobre lo que se desconoce. Seguro que en el programa del PP habrá un apartado sobre el medio ambiente y que hay militantes y dirigentes populares preocupados por el calentamiento del planeta, pero la teoría la pone en practica quien gobierna, con sus prioridades, con su percepción de los problemas y ¿se imaginan cual sería el compromiso contra el cambio climático de un gobierno presidido por Rajoy y con Ana Botella o Esperanza Aguirre de ministras de Medio Ambiente? Pues eso.

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