Se va el veranillo, llega el cambio de hora, sube el crudo, el gran invento de estos años es el edredón nórdico. El ´nórdico´. No pesa, calienta y no gasta ni biomasa. La nueva biomasa es el mero calor corpóreo, el hálito divino del humano sin calefacción. El cambio de hora y el fin del veranillo traen el quebradero del butano a millones de familias que no han dado el salto a las energías del siglo XXI, que son las mismas de siempre.

Todo el boom de la vivienda, sus hipotecas y sus burbujas sucesivas --porque hay varias, sí-- ha sido y es para huir del butanero, del brasero, de las edades medias y del pasar frío. El boom de la vivienda es para huir del sabañón. La clave de todo este aluvión de demanda y ladrillo cocido es para salir de la miseria honda de España, que aún funciona a butano. A pesar de tanta burbuja y de tanto cocedero de ladrillo y marisco (van unidos), media España sigue dependiendo del butanero, buhonero del calor. La botella ligera de color plateado, que pesa menos, ha sido el gran avance en cincuenta años. Y ya está, en eso se nos ha quedado tanto I+D.

El fallo de Cuéntame es que nunca se les acaba el butano. La bombona ligera ha sido el único avance en estas décadas de autarquía disimulada, autismo y ensimismamiento. Suerte del nórdico.

Aún pervive la botella naranja, sobrevive la auténtica bombona de mil kilos. Hay sitios en los que ya no se puede conseguir que te traigan el butano a casa. El butanero, a pesar de la inmigración, se extingue. Demasiado peso. Trasladar el calor a lomos, con un saco, el hombre del saco de la España sin burbuja, que es tanta.

A pesar de la ola de ladrillos y efluvios y deudas, media España se ha quedado sin piso con rosqueta del calor. La rosqueta del calor es esa ruedeta pegada a una pared que la giras media vuelta y te pone el piso a 20 grados. Y que Al Gore diga misa y venda muchos vídeos a 12 euros. Toda la lucha es por esa ruedeta del calor. La ruedeta, copón, ese pequeño milagro del calor inaudible, insípido e inodoro. La lucha por la vida barojiana (brasero letal de España), todos los excesos de las ondas y los hercios, toda la compraventa de trozos de vidas, son para librarse del butanero y acceder a esa ruedeta mágica, silenciosa, insostenible y demasiadas veces inalcanzable.

Periodista y escritor