Resulta inexplicable para los ciudadanos en general y para los vecinos del Actur en particular que el Ayuntamiento de Zaragoza no quiera cambiar el uso del suelo sobre el que el Gobierno de Aragón construye desde hace meses la escuela de Bellas Artes. Lo inmediato es pensar que la DGA se ha saltado a la torera alguna norma municipal y construye sin autorización, pero si se repara en el hecho de que es CHA quien se opone --además de IU y el PP-- y CHA estaba al frente del Urbanismo cuando comenzaron las obras habrá que concluir que el rechazo a recalificar la parcela obedece a cuestiones políticas y no urbanísticas.