Nunca pensé que algún día escribiría un artículo semejante, pero es un intento de arrojar luz sobre una contratación que se ha vendido como un gran escándalo y que no lo es en modo alguno. Bendita ciudad en la que un pequeño contrato, gestionado dentro de la más escrupulosa legalidad, con absoluta transparencia y unanimidad política se convierte en un tema de relevancia informativa y política.

De entrada tengo que confesar que todavía no sé cual es la acusación. El primer día parecía que el delito era haber pagado por un informe que no existía. El segundo día se cambia la diana y se habla de contratar de forma irregular y a dedo a un conocido. Pues ni lo uno, ni lo otro.

Evidentemente no era conocido el informe ya que nunca se contrató ese servicio sino la dirección técnica de un estudio comparativo cuyo objetivo fue estudiar todos los emplazamientos posibles para Expo Paisajes 2014 con objeto de buscar aquel más adaptado a esta exposición y que, al tiempo, sirviera para el desarrollo de la ciudad, siguiendo el modelo ya experimentado en Expo 2008. Quizás no todo el mundo sepa que cualquier proyecto técnico (sea estudio territorial o proyecto de infraestructuras) exige el nombramiento de un director técnico que tiene como importante función la de dirigir y tutelar el trabajo para asegurar la calidad y viabilidad del mismo.

En este caso era muy importante esta función ya que la elección de uno u otro emplazamiento tiene consecuencias relevantes para la ciudad y su desarrollo. Especialmente cuando esta exposición internacional tiene como uno de sus principales objetivos el desarrollo de la orla este de la ciudad, que es la zona menos desarrollada de la ciudad, con infraestructuras menos terminadas e integradas y con una pésima vinculación con el Ebro.

Por ello se contrató mediante concurso público una consultora que hizo este estudio comparativo que fue hecho público el año pasado y que permitió al consejo de gobierno de la ciudad tomar una decisión bien fundamentada con un emplazamiento situado en la orla este, pero incluyendo un espacio relevante de la margen izquierda (Vadorrey). En la calidad de este trabajo, que está a disposición de todos los ciudadanos, influyó el buen hacer del equipo redactor (Idom y Cerouno) y la labor del profesor Monclús como director técnico del estudio.

Sobre el fondo y la calidad de este trabajo nadie objetó en su momento nada, ni tampoco se ha hecho ahora. Y no me extraña ya que es un ejemplo de cómo hay que trabajar en la planificación del desarrollo urbano y que sería bueno que las grandes decisiones de la ciudad se tomaran siempre con estudios de alternativas abiertas.

Se ha insinuado que se pagó por un informe que no se hizo: completamente falso. Lo que se contrató no fue un informe (que lo hizo la empresa elegida por concurso) sino la dirección técnica del mismo. Dirección que se hizo de manera profesional y a plena satisfacción y que tiene fiel reflejo en dos informes (de selección de empresa y de aceptación del trabajo final) y cuatro actas .

DADO que se trataba de un trabajo excepcional muy alejado de la rutina municipal propuse que este trabajo lo hiciera un profesor universitario que es el mayor especialista de nuestro país en urbanismo de expos y que además ha sido el promotor de los únicos estudios académicos urbanísticos de la orla este de Zaragoza. Esta propuesta fue apoyada y votada favorablemente hasta en tres ocasiones y por unanimidad de todos los grupos políticos en el Consejo de la Sociedad Zaragoza Vivienda.

PERO ES QUE, además no estamos hablando de un procedimiento irregular. Tuvo todos los informes jurídicos y de intervención favorables y además está expresamente previsto en la normativa cuando se contrata a un profesor universitario. Tanto es así que se ha utilizado en otras ocho ocasiones en los últimos años y siempre con unanimidad política y todas las bendiciones legales.

La cantidad contratada también responde al porcentaje habitual en este tipo de contratos de dirección. Entonces, mi pregunta es: ¿cual es el escándalo?. Es un contrato perfectamente legal, apoyado por unanimidad por todos los grupos políticos --incluso por el que ahora pide mi dimisión--, sin una sola salvedad jurídica en su tramitación, ajustado a precio, bien ejecutado y que ha servido para orientar una importante decisión de los órganos de gobierno de la ciudad.

Supongo que voy a defraudar a muchos que, probablemente, esperaban que hablaría de las verdaderas razones para esta sorprendente situación. Prefiero dejarlo en manos de los lectores.

Consejero de Grandes Proyectos del Ayuntamiento de Zaragoza