Todavía tiemblo. Qué frase. Qué sentido de la dramaturgia. Qué visión de la epopeya: "Estoy limpia por dentro y por fuera" Qué grande esta mujer. Regresó. Como le contamos a bombo de Manolo, Belén Esteban reapareció ante su público, que es el de toda España. Tras siete meses de abandono y abandonarse, los platós de Tele 5 se pusieron en pie y recibieron con unánime calor, a la reina de la televisión, a la princesa del pueblo. Liberada de adicciones "y de sexo" (¡). Y sola ante Jorge Javier soltó esa gran frase; así como otras lapidarias que se repetirán a lo largo de la semana en Salvame.

El día trajo otras sentencias, por ejemplo, la que brotó de los labios de plasma de Bárcenas. Tampoco fue manca: "Es mi mano la que le entrega el sobre". Sé que ya se están escribiendo guiones para un miniserial, que será bautizado con esta lapidaria frase del gran gerente. Lo soltó ante Dolores de Cospedal, fría, asustada, nerviosa; ubicada en una sala sin carácter y sentada en una silla desde donde no podía ver la pantalla que encuadraba a su enemigo. Todas las de perder. Desconozco si fue el contable el que exigió esa mise en scene, pero hay que reconocerle capacidad de dominio. Si además, la Cospedal se pegó un trompazo con un árbol al salir del juicio, la sentencia ya la ha firmado el pueblo español.

Doña Dolores ya se puede ir buscando otro trabajo. El juicio popular ya lo ha perdido. Por su culpa: tendría que haber exigido luces, escenario y aplaudidores como Belén Esteban. Menuda diferencia.