El conflicto de los Autobuses Urbanos de Zaragoza alcanzó ayer niveles de acaparamiento en la actividad de la ciudad. Por la mañana se celebró el juicio en el que la plantilla demandaba la nulidad de los 153 despidos ejecutados por la compañía tras acceder a la renovación de la contrata. Por la tarde, los trabajadores se manifestaron por el centro de la capital aragonesa manteniendo viva su protesta. Y durante todo el día, la flota de autobuses se redujo a la mitad por la huelga de 24 horas, con lo que aumentó el uso del vehículo privado, afectando al tráfico. Un conflicto que ya dura dos meses.