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El artículo del domingo

Nicolás Espada

Miedo a tener una ‘Soraya zaragozana’

Los socialistas de Aragón afrontan hoy las primarias municipales en la capital con un montón de incógnitas

Los socialistas de Aragón --o al menos la dirección del partido-- tienen miedo de lo que pase hoy en las primarias que se celebran en Zaragoza capital para elegir al candidato a la alcaldía. Al aparato del partido le preocupa mucho que sea necesaria una segunda vuelta para elegir al cabeza de lista, y es que si nadie alcanza un número de votos que supere el 50% de ellos, los aspirantes que queden en primer y segundo lugar se jugarán ser alcaldable de Zaragoza el domingo que viene. Y ahí empiezan los resquemores.

A excepción de los propios candidatos, que cada uno de ellos --con más o menos confianza-- dice que ganará y lo hará sin necesidad de segunda vuelta, lo que más se escucha entre politólogos, militantes, simpatizantes, socialistas en altos cargos y hombres y mujeres del llamado aparato del partido, es que habrá segunda vuelta. «Habiendo tres candidatos es muy difícil lograr el 50% de los votos», dice la mayoría. Otra cosa es coincidir en quiénes pasarán a la segunda disputa.

Una gran mayoría considera que la candidata Pilar Alegría, consejera de Innovación y Universidad del Gobierno aragonés, es fija para esa segunda votación. Es la referencia de los que dirigen el PSOE aragonés y Javier Lambán, su líder y presidente del Gobierno, apuesta claramente por ella aunque no lo dice y se escuda en que no puede votar porque está afiliado en su pueblo, Ejea. Dicen también que en Ferraz, la sede nacional del PSOE, tienen claro que hay que recuperar el gobierno de alguna ciudad como Zaragoza y Valencia para salvar los muebles en las próximas elecciones municipales porque Madrid y Barcelona se considera una tarea muy complicada. Y la posición socialista estatal, dicen, es que Alegría es un valor electoral de forma que sea o no ella la candidata se pueden jugar uno o dos concejales que después pueden ser claves para elegir al alcalde.

Lo más curioso es que se habla de Pilar Alegría como la candidata del aparato del PSOE aunque no forma parte de ninguna ejecutiva del partido y además ella no solo no apoyó en las primarias nacionales a Pedro Sánchez (aunque Lambán tampoco) sino que era la portavoz de la candidatura perdedora, la de Susana Díaz.

Carmen Dueso, la otra mujer candidata, que fuera durante varios años teniente de alcalde en el gobierno municipal de Juan Alberto Belloch, tiene sinsabores en primarias. El año pasado ya perdió ante Javier Lambán para ser candidata socialista a las Cortes de Aragón, pero apoyó desde el minuto uno a Sánchez en su carrera por recuperar la secretaría general del partido. Y entonces ganó. Los muchos que le apoyan tienen argumentos muy distintos a los de Alegría. Dicen contar con mayores apoyos de los militantes en las agrupaciones de Zaragoza capital, históricamente, porque además ella es secretaria general de la de la margen izquierda, una de las más numerosas de los socialistas locales.

Esto es algo que también defienden los seguidores del tercer candidato, Florencio García Madrigal, un histórico socialista, con numerosos cargos públicos en el pasado y actual vicepresidente de las Cortes de Aragón. Porque dicen de él que también controla a muchos militantes de Zaragoza capital, e incluso hace un tiempo se habló de él para liderar la única agrupación socialista de la ciudad que el PSOE de Lambán tenía pensado organizar --como ocurre en casi todas las capitales españolas--, aunque no ha llegado a fraguarse nunca. Quizás porque los que controlan el poder orgánico socialista regional no han sido capaces de hacer lo mismo en Zaragoza. Claro que a día de hoy, la relación entre el equipo de Lambán y García Madrigal no tiene nada que ver con la de hace tres años. Y ahora no se pensaría en él.

García Madrigal y Dueso se sienten con fuerza porque quizás tienen menos que perder si no ganan (o no) y Alegría se muestra más tranquila porque, a lo mejor, una derrota tampoco la colocaría en el disparadero. Pero ella y todos los que dicen que la votarán saben que si hay segunda vuelta, aún ganando hoy, se puede convertir en la Soraya zaragozana, porque, como ocurrió en el PP, puede ser que los perdedores unan fuerzas el domingo que viene y el candidato que quede en segundo lugar sea luego el alcaldable. Y Pilar Alegría, como Soraya Sáenz de Santamaría, sufriría la impotencia de unas primarias que por algo dicen que las carga el diablo. Hoy más que nunca hay muchos miedos en el PSOE.

nespada@aragon.elperiodico.com

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