Desde que Gran Bretaña salió de la Unión Europea, se le han encadenado varias crisis: estanterías vacías en los supermercados, subida de precios del gas y la electricidad, y ahora la situación de las gasolineras. Que están empezando a notar la falta de abastecimiento porque no hay camiones que lleven combustible a las estaciones de servicio. Perdón, camiones hay: lo que no hay es camioneros. Porque hay escasez de profesionales que quieran ejercer esta profesión, pero también porque miles de ellos circulaban por la Unión Europea con libertad, pero ahora, con el Brexit, no pueden hacerlo por Gran Bretaña a no ser que tengan un visado especial en regla.

Supongo que alguien tuvo que prever que esto podría pasar, y efectivamente hay un plan, que se llama «Operación Escalin», que se planteaba posibles efectos catastróficos para el país si algo se torcía. La solución de dicho plan era que el ejército se hiciera cargo de conducir los camiones. ¿Qué podría salir mal? Pues que las fuerzas armadas no están (ni quieren, ni deben) para quitarle el trabajo a los civiles. Ni en Gran Bretaña ni en ningún sitio. Esa es mi primera reflexión. Y la segunda es la siguiente: si todas las fuentes dicen que en Europa hacen falta 90.000 camioneros, ¿por qué no se dedica más gente a esta profesión? No se engañen: con unas condiciones dignas de horarios y salario, todos los puestos se acaban por cubrir.

Y aún me da para reflexionar más. Hay inmensos campos de refugiados en Europa con personas de ambos sexos perfectamente válidas para trabajar; hay paro en los países de la UE. ¿Qué parte de la ecuación se le está escapando a las mentes obtusas que siguen pensando que nos sobran todos los de fuera?