Permítaseme empezar esta columna citando al pensador, recientemente fallecido, Antonio Escohotado: de la piel para adentro empieza mi absoluta jurisdicción. Siempre he estado de acuerdo con esta frase en defensa de la libertad individual. A mí me parece perfecto que alguien decida correr con su coche a 200km/h o que alguien decida emborracharse hasta caer inconsciente. Es su decisión, y si se quiere jugar la vida o la salud está ejerciendo su libertad. Lo que ya no me parece tan bien (de hecho, me parece fatal) es que alguien decida correr a 200 km/h en la vía pública, o que alguien decida emborracharse y conducir un coche en la calle. Si quieres correr a 200Km/h te alquilas un circuito, corres tu solo y no arriesgas la vida de nadie. Si quieres emborracharte, adelante, pero no conduzcas arriesgando la vida de otros. Es por ello que en los circuitos se puede correr a cualquier velocidad y si vas borracho por la calle, a pie, ningún policía te va a hacer soplar.

Viendo lo que está pasando ahora mismo en Austria y Alemania, con el sistema sanitario al borde del colapso, podríamos aplicar un razonamiento análogo. Si alguien libremente cree en que nos van a inocular un chip con la vacuna, que nos dominará a través del 5G porque se lo ha contado su terapeuta holístico, experto en reiki y homeopatía (o Santiago Abascal), está en todo su derecho. Ahora bien, a lo que no tiene derecho es a arriesgar la salud de otro por causa de sus creencias. Del mismo modo que no toleramos que se practiquen ablaciones a niñas, por mucho que creencias ancestrales traten de justificarlas. Esto nos lleva a que usted no tiene porqué vacunarse, pero si no lo hace y en tanto en cuanto dure la pandemia, debería alquilarse un circuito de carreras y no salir de ahí para nada. Alguno me dirá que no se lo puede pagar. Lamentablemente, hay creencias que solo se las pueden permitir los ricos.

En España bien harían las autoridades (pero sobre todo los jueces) en mirar a Centroeuropa y tomar medidas (en el caso de los jueces con no poner palicos en las ruedas bastaría). Sugiero el pasaporte de vacunación para todo, bares, espectáculos, deportes, e incluso cualquier compra no alimentaria. La alternativa a tomar medidas ahora contra los que actúan irresponsablemente, será tomar medidas después contra todos.