Domingo Buesa, erudito historiador, es el autor de una deliciosa novela, El retrato de la madre de Goya, en la que se traza un marco detallado de la personalidad del genial artista, muy bien ubicado en el tiempo y la sociedad en la que le tocó vivir. La narración parte de la búsqueda de una pintura de juventud, depositada como prenda en una taberna, por parte de unos devotos amigos a quienes el maestro encarga las pesquisas necesarias para recuperar el retrato de su progenitora, al que antaño perdió la pista. En tanto que Goya, quien jamás renunció ni a su origen ni a su amada tierra, anhela el reencuentro con su madre a través del retrato, los lectores descubrimos las facetas más íntimas y humanas del ilustre pintor, que Buesa nos confiere a través de su profundo conocimiento de la biografía y peculiar carácter goyesco, así como del escenario donde transcurrieron sus últimos años, acompañando el relato con una pormenorizada descripción de una Zaragoza que renace después de su destrucción. Pero hay más, mucho mas, en esta novela. Encuentros y desencuentros, amor, amistad, entrega... mucha, muchísima ternura y sensibilidad, nobleza y generosidad en un amplio desfile de personajes que nunca arrebatarán a Goya su protagonismo. Domingo Buesa ilustra de forma magistral lo que bien pudieron ser las últimas reflexiones y, sobre todo, las emociones de un anciano, voluntariamente exiliado en Burdeos, que revisa el sentido de su existencia en tanto que va recibiendo noticias acerca de los avatares que rodean la localización y posterior recuperación del cuadro, hilo conductor de la ficción. Goya podrá contemplar por fin la sonrisa materna y los lectores de esta extraordinaria novela histórica disfrutarán de un auténtico tesoro literario que hará sus delicias a través de cada una de sus páginas entrañables.