La comedia del momento es sin duda alguna No mires arriba. La mejor escena de la película es en la que Leonardo di Caprio le dice a la presidenta que un meteorito va a arrasar el planeta y acabar con la especie humana en 6 meses. La presidenta contesta: «que mal me viene, hay elecciones de mitad de mandato».

Con el tema del cambio climático estamos viviendo un fenómeno parecido. Prácticamente nadie niega ya la existencia del calentamiento global. Somos conscientes de lo que hay, y del tipo de acciones que hay que tomar para mitigarlo. El problema viene cuando se le pone el cascabel al gato y se plantea algo concreto con lo que confrontar el cambio climático. Nos pasa como a la presidenta de No mires arriba, nos viene mal. Y si nos viene mal, lo mejor es negar, mentir o hacer como el avestruz. Peajes a las autopistas, Madrid central, impuestos a la aviación o restricciones al uso de plásticos son solo algunos ejemplos.

El caso de los ataques al ministro Garzón es paradigmático. Este verano planteó que sería bueno reducir el consumo de carne. El linchamiento mediático fue brutal. Si quieren saber si Garzón tenía razón o no, pregúntele a su médico. Pero por favor, si le dice que por salud es mejor que consuma un poco menos de carne, no le pegue al pobre médico. La semana pasada Garzón atacó a la ganadería intensiva, y defendió a la ganadería extensiva. El linchamiento mediático y las reacciones imbéciles de presidentes autonómicos y otros cargos públicos simplemente dan vergüenza ajena.

En Aragón hay alrededor de nueve millones de cerdos que se alimentan de piensos, compuestos en buena parte de soja. La soja no se produce en la Rioja ni en Castilla, sino en Brasil y Argentina y realiza un viaje de miles de kilómetros (con sus correspondientes emisiones de CO2) para llegar hasta aquí. Además, estamos muy orgullosos de que esos cerdos sean exportados a la China y a otros lugares exóticos como Birmania o Sri Lanka. Desde el lugar de cultivo hasta el lugar donde el ser humano aprovecha la energía de ese cultivo, en forma de cerdo agridulce, se recorren alrededor 30.000 kilómetros, y no se hacen precisamente en bicicleta. Juzguen ustedes mismos si eso es bueno, malo o mediopensionista para el cambio climático. De purines, contaminación de acuíferos y monocultivos para la exportación ya hablaremos otro día.