A comienzos de este mes de febrero la editorial Gallimard ha sacado un libro titulado 'Zemmour contra la historia' en el que un grupo de historiadores franceses ha decidido señalar todas las falsedades históricas con las que el candidato ultraderechista pretende crear un «relato nacional» opuesto a los trabajos científicos de los historiadores. Tanto los personajes históricos (desde Carlos Martel al Mariscal Pétain) como las épocas (la Primera Guerra Mundial o el Régimen de Vichy) se sitúan adecuadamente en su contexto según las investigaciones publicadas y no según las necesidades políticas del candidato a la presidencia.

La intención de ofrecer un relato alternativo de la historia de Francia tiene un objetivo muy claro, hacer saltar por los aires el tradicional cordón sanitario que las fuerzas tanto conservadoras como progresistas imponen en Francia a la extrema derecha. La defensa de la tradición católica y de lucha contra los musulmanes, el patriotismo de los franceses en las guerras e incluso durante la colaboración, donde supuestamente Pétain salvó a judíos franceses, es un llamamiento a la unión de las derechas en un hipotético segundo turno electoral o, en caso de derrota, durante el siguiente ciclo político francés. Como decía Josep Fontana en su obra clásica sobre historiografía, la Historia no solo es un análisis del pasado, sino que encierra un proyecto social en sí misma. En este caso, Zemmour ha empezado por el proyecto social, es decir, una Francia autoritaria, reaccionaria, racista y ultraliberal, para después falsear descaradamente la historia aprovechando su influencia en los medios, más interesados por las polémicas que hacen crecer las audiencias que por los planteamientos científicos. 

El caso español

Si observamos rápidamente el caso español, es posible intuir que las derechas de este país comparten algunos consensos en cuanto a su visión del pasado que acompañan su colaboración en ayuntamientos, en comunidades autónomas y en la mayoría de votaciones del Parlamento. Estas visiones se oponen casi siempre a los trabajos científicos que han escrito varias generaciones de historiadores españoles y extranjeros. España es la nación cristiana que reconquista y existe de forma efectiva desde los Reyes Católicos, al-Andalus es el producto de una invasión fanática que había que expulsar para no ser hoy en día una sucursal de Al Qaeda, solo los antiespañoles a sueldo de la internacional de la leyenda negra se atreven a cuestionar la grandeza de la España imperial y cuando se presta atención al siglo XIX, se ensalza la Restauración y la figura de Cánovas como una especie de modelo a seguir durante la Transición. El siglo XX es una época desordenada y revolucionaria en la que el país se salvó de ser una república estalinista gracias a Franco, artífice de la pretransición.

Supongo que en las guerras internas dentro de las derechas madrileñas no se hablará mucho de historia

Actualmente, Ciudadanos ha perdido ya la oportunidad de casi todo, pero en este caso también la de defender un legado liberal de la burguesía española que le podría haber alejado de tanta tristeza intelectual.  

Supongo que en las guerras internas dentro de las derechas madrileñas no se hablará mucho de historia. No solo porque es improbable que a sus protagonistas les interese, sino también porque aquí no hay cordones sanitarios y nadie piensa cambiar ni una coma del proyecto político y social que van a seguir defendiendo una vez que se despellejen.