El Periódico de Aragón

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Juan Bolea

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Juan Bolea

Abolir la prostitución

En La Puebla de Alfindén, la política no se cultiva ni entiende al estilo nacional, de disenso en disenso o de bronca en bronca. Un espíritu constructivo, positivo, anima a ese grupo de ciudadanos en la función de ediles de su localidad. Dentro del gobierno municipal hay concejales de distinto signo e ideología, lo que no es óbice para que el consenso y el entendimiento se establezcan con mucha mayor frecuencia que esas insalvables diferencias que siempre parecen separar —en el Congreso de los Diputados, pongamos por caso— a fuerzas representativas… ¿de sí mismas?

Buen ejemplo de ese loable juego limpio y mutua colaboración en el consistorio de La Puebla pudo apreciarse en la reciente conferencia de Mabel Lozano sobre prostitución y trata de seres humanos. La alcaldesa de La Puebla, Ana Isabel Ceamanos, y la concejal de Cultura, Pilar Villanueva, de distintos partidos, arroparon el acto y compartieron los planteamientos y conclusiones de una combativa y comprometida Mabel Lozano que lleva diecisiete años denunciando el tráfico, la esclavitud, la explotación, la tortura y, en muchos casos, el asesinato de mujeres reducidas a objetos de placer sexual.

En breve, la ganadora de un Goya por su documental, Biografía del cadáver de una mujer, inspirado en el crimen real de una trabajadora sexual en un pueblo del norte de España, se manifestará en pro de la abolición de la prostitución. No de la «prohibición», concepto del que la cineasta discrepa, sino apoyando la propuesta de abolición enarbolada por algunos partidos de izquierda (la derecha guarda silencio). De aprobarse en España una ley abolicionista de la prostitución, 100.000 mujeres, las que se calcula ejercen aquí la prostitución, en su mayoría bajo amenazas, deberán recibir ayuda pública y privada para reorganizar sus vidas. ¿Cómo reaccionará los ocho millones de españoles (un 38%, siendo España el tercer país mundial en consumo de prostitución) que han reconocido utilizar servicios sexuales de pago? ¿Cuántos apoyarán la liberación y dignificación de mujeres a las que muchos han podido comprar por un puñado de euros?

¿Estamos ante el fin de la prostitución y la trata? Ojalá, pero la lacra está enraizada y no resultará fácil de extirpar.

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