El agua es la esencia de la vida pues es el segundo elemento más importante que se necesita para sobrevivir, luego del oxígeno. Es necesaria para el funcionamiento adecuado de cada célula del cuerpo. Cerca del 70% de nuestro organismo está integrado por agua, siendo el principal componente

Beneficios de beber agua

Nuestro cuerpo posee una serie de mecanismos que le permiten mantener un balance en el contenido de agua, mediante un ajuste entre los ingresos (ingestión) y las pérdidas (orina, heces, respiración, sudor). Del mismo modo la alteración del balance hídrico puede producir graves trastornos capaces de poner en peligro la vida del individuo.

Debido a que el cuerpo no almacena agua, la cantidad que perdemos cada día debe restituirse para garantizar el buen funcionamiento del organismo. El agua de bebida (70-80%), junto con la contenida en los alimentos (20-30%), debe garantizar todas las necesidades de líquidos en los individuos sanos y debe estar entre 2.000 y 3.000 mililitros diarios. Es posible que las personas muy activas, con algún padecimiento o que están expuestas a un ambiente caluroso requieran mayores aportes de agua. 

Funciones

Estar hidratado es la base de una buena salud. Diversos estudios relacionan un consumo adecuado de agua con dietas de mejor calidad, mejores hábitos de salud y un menor riesgo de presentar enfermedades crónicas.

Por sus características físicas y químicas, el agua tiene varias funciones dentro de nuestro cuerpo: el mantenimiento del volumen sanguíneo, el transporte de nutrientes, oxígeno y sustancias corporales, la intervención como reactivo en muchas reacciones químicas, la regulación de la temperatura corporal y la eliminación desechos metabólicos no digeribles 

Además, el agua puede proveer pequeñas cantidades de minerales esenciales como el calcio, sodio, el magnesio y el flúor, a pesar de no ser nuestra fuente primaria de obtención de estos elementos.

Los beneficios

  • Disminuye las probabilidades de infecciones virales, bacterianas y el riesgo de sufrir un ataque de asma, debido a que el agua hidrata las mucosas que recubren la nariz, garganta, bronquios y pulmones.
  • Reduce el riesgo de problemas cardiovasculares, ya que participa en el mantenimiento del volumen sanguíneo.
  • Participa en el proceso digestivo y mantiene un adecuado tránsito intestinal evitando el estreñimiento.
  • Ayuda en la función cerebral y la capacidad de concentración.
  • Previene la formación de cálculos renales, puesto que diluye las sales y minerales mediante la orina. También disminuye la posibilidad de padecer infecciones urinarias.
  • Participa en la reposición de los tejidos de la piel, así como su hidratación y el aumento de su elasticidad. Como resultado, tu piel se lucirá más joven y radiante.
  • Reduce un 45% el riesgo de tener problemas en el colon y la mitad de desarrollar cáncer de la vejiga. Ciertamente, una hidratación adecuada influye sobre el correcta operatividad de los riñones, del sistema digestivo y del inmunológico.
  • Previene calambres y esguinces. El agua ayuda a mantener la amortiguación y el funcionamiento de las articulaciones y los músculos.
  • Te da energía ya que el agua participa en el transporte oxígeno, y este es esencial para generar energía.
  • Resuelve el mal aliento y ayuda a reducir las enfermedades dentales. La saliva protege la boca contra bacterias y mantiene la lengua hidratada.

La deshidratación

La deshidratación ocurre cuando sale más agua y líquidos del cuerpo de los que entran. Incluso los niveles bajos de deshidratación pueden causar dolores de cabeza, letargo y estreñimiento. El cuerpo humano está compuesto aproximadamente de un 75% de agua. Sin esta agua, no puede sobrevivir. El agua se encuentra dentro de las células, dentro de los vasos sanguíneos y entre las células.

Un sofisticado sistema de manejo del agua mantiene nuestros niveles de agua equilibrados y nuestro mecanismo de sed nos indica cuándo debemos aumentar la ingesta de líquidos. Si bien el agua se pierde constantemente a lo largo del día al respirar, sudar, orinar y defecar, podemos reponer el agua de nuestro cuerpo bebiendo líquidos. El cuerpo también puede transportar el agua a las áreas donde más se necesita si comienza la deshidratación. La mayoría de los casos de deshidratación se pueden revertir fácilmente aumentando la ingesta de líquidos, pero los casos graves de deshidratación requieren atención médica inmediata.

 Los síntomas

Los primeros síntomas de deshidratación incluyen sed, orina más oscura y menor producción de orina. De hecho, el color de la orina es uno de los mejores indicadores del nivel de hidratación de una persona: la orina clara significa que está bien hidratada y la orina más oscura significa que está deshidratada. Sin embargo, es importante señalar que, la deshidratación puede ocurrir sin sed, sobre todo en los adultos mayores. Por tal motivo es importante beber más agua cuando se está enfermo o durante el clima más caluroso.

A medida que la afección avanza a una deshidratación moderada, los síntomas incluyen: boca seca; letargo; debilidad en los músculos; dolor de cabeza y mareos. La deshidratación severa (pérdida del 10% al 15% del agua del cuerpo) puede caracterizarse por versiones extremas de los síntomas anteriores, así como por: falta de sudoración; ojos hundidos; piel seca y arrugada; presión arterial baja; ritmo cardíaco acelerado; fiebre; delirios e inconsciencia.  

El agua es esencial para el ser humano.

Las causas

  • Diarrea. El cuerpo libera demasiada agua, lo que provoca deshidratación.
  • Vómitos. Conduce a una pérdida de líquidos y dificulta que el agua se reponga bebiéndola.
  • Sudor. El mecanismo de enfriamiento del cuerpo libera una cantidad significativa de agua. El clima cálido y húmedo y la actividad física vigorosa pueden aumentar aún más la pérdida de líquidos por sudoración. De forma similar, la fiebre puede provocar una mayor sudoración y puede deshidratar al paciente, especialmente si también hay diarrea y vómitos.
  • Diabetes. Los niveles altos de azúcar en la sangre provocan un aumento de la micción y pérdida de líquidos. Consejos para manejar el calor del verano para personas con diabetes.
  • Micción frecuente. Por lo general, causada por diabetes no controlada, pero también puede deberse al consumo de alcohol y medicamentos como diuréticos, antihistamínicos, medicamentos para la presión arterial y antipsicóticos.
  • Quemaduras. Los vasos sanguíneos pueden dañarse, provocando que el líquido se filtre a los tejidos circundantes.

 Complicaciones

Si no se controla la deshidratación, puede provocar complicaciones graves que pueden incluir:

  • Volumen sanguíneo bajo. Una menor cantidad de sangre produce una caída de la presión arterial y una reducción de la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos, lo cual puede poner en peligro la vida.
  • Convulsiones. Como consecuencia de un desequilibrio de electrolitos.
  • Problemas renales. Incluyendo cálculos renales, infecciones urinarias y eventualmente insuficiencia renal.
  • Lesión por calor. Desde calambres leves hasta agotamiento por calor o incluso insolación.

Tratamiento

El tratamiento de la deshidratación consiste en reemplazar los líquidos y electrolitos que ha perdido. Para casos leves, es posible que necesite beber mucha agua. Si pierde electrolitos, las bebidas deportivas pueden ayudar. También hay soluciones de rehidratación oral para niños que puede comprar sin receta. Los casos graves pueden tratarse con líquidos intravenosos en un hospital. La clave para prevenir la deshidratación es tomar suficientes líquidos.