El presunto autor de la muerte de Silas António Fonseca, el portero de discoteca fallecido el jueves en Irún (Guipúzcoa) por un disparo de escopeta, se personó el mismo día en un despacho de abogados de San Sebastián para solicitar asesoramiento jurídico. A pesar de que el agresor fue identificado tras esta visita al abogado, anoche aún no había sido localizado ni detenido hasta el momento. Según su versión, la muerte del portero se debió a un disparo accidental, durante un forcejeo con la víctima.

El agresor manifestó a los abogados que había tenido un incidente con Fonseca en el interior de la discoteca Jennifer. El portero del local, según esta versión, le había golpeado en dos ocasiones mientras les obligaba, a él y a la mujer que le acompañaba, a abandonar la sala.

Tras este enfrentamiento, el agresor admitió haberse dirigido a una zona de huertas próxima donde tenía escondida una escopeta recortada, y se dirigió al bar Montecarlo, aunque aseguró que no sabía que en ese mismo lugar se encontraba la víctima. Añadió que el portero de la discoteca le recibió con un "hombre, tú otra vez" y que cuando salió del bar le despidió con un "hijo de puta". El presunto autor de la muerte reconoció también que siguió a Siles Antonio Fonseca hasta el exterior, pero afirmó que, cuando hizo ademán de sacar la escopeta, el fallecido le dijo: "Si tienes cojones, saca lo que tienes ahí".

Su relato culmina con un forcejeo en el que el propio Fonseca agarró el arma, y tras retirar el pestillo del seguro, la escopeta se disparó de forma involuntaria. En su conversación con los abogados donostiarras resaltó que había consumido alcohol y droga durante esa noche.

DIFERENTES VERSIONES Los dueños de la sala de fiestas aportaron una versión distinta. Afirmaron que el presunto homicida llegó acompañado de otro hombre y dos mujeres, y que, al cerrar el local, eran los únicos clientes.

Cuando el portero les solicitó que abandonaran el establecimiento, "educadamente, por las buenas, como siempre", el agresor se le encaró "haciéndose el gallito delante de las chicas", según manifestaron los propietarios de la discoteca. Aseguraron que insultaron a la víctima varias veces, y que al marcharse le dijeron: "Puto negro, te voy a pegar un tiro en la cabeza".