RESPETO

El Arzobispado de Granada reaccionó ayer a la decisión judicial expresando su respeto y recordando que siempre ha demostrado la mayor colaboración con la justicia. Unas palabras que chocan con su actitud, máxime tras la declaración de Ricardo Blázquez, el presidente de la Conferencia Episcopal.

MÁS CONTUNDENCIA

"Lo primero es pedir perdón, pero eso no basta", dijo Blázquez el sábado, animando a seguir la línea emprendida por el papa Francisco de exigir la denuncia ante la justicia de los casos de pederastia eclesial. Fue el Pontífice el primero en disculparse con la víctima que destapó el caso de los Romanones al conocer su experiencia por una carta que le mandó. En su respuesta, el Papa le animó a denunciar.

DEJADEZ DE LA GESTIÓN

El arzobispo de Granada, por contra, apenas movió un dedo. En una segunda llamada al ver que el caso no avanzaba, el Papa instó a la víctima a ponerlo en manos de la fiscalía. Solo entonces el prelado de Granada suspendió a los tres curas autores materiales, pero no a los supuestos encubridores.