Un vecino de Tarrasa de 47 años se quitó la vida el domingo pasado por la noche en su domicilio. El fallecido iba a ser desahuciado inminentemente tras los problemas económicos que arrastraba a la hora de afrontar los pagos del inmueble. Los Mossos d’Esquadra hallaron el cadáver del hombre que, según ha publicado Terrassa notícies, se quitó la vida ahorcándose. El ciudadano, que sufría dolencias físicas, estaba a la espera de una inminente orden de desalojo. Fue la mujer la que se percató de algo pasaba cuando trató de entrar en el inmueble y se dio cuenta de que la cerradura no abría.

A raíz de estos trágicos hechos, la asociación Colectivo Sin Vivienda convocó ayer a las seis de la tarde una concentración de protesta frente al Ayuntamiento de Tarrasa bajo el lema Los bancos nos matan. «Un nuevo asesinato por un desahucio del banco Sareb a un hombre de 47 años», rezaba la convocatoria del acto de repulsa. Fuentes de la Sareb, no obstante, negaron a EL PERIÓDICO que esta entidad bancaria sea propietaria de dicho inmueble.

Según informó la prensa local, el hombre, tras no poder hacer frente al pago de su casa hipotecada, había alquilado dicho y, consecuentemente, había ocupado ilegalmente un piso cuyo propietario les denunció a él y también a su mujer, por lo que iban a ser desahuciados inminentemente.

Por su parte, tanto la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Tarrasa como la Asociación de Vecinos Siglo XX, barrio al cual pertenecía la víctima, emitieron ayer a través de las redes sociales sendos comunicados críticos con los responsables políticos encargados de gestionar la problemática de la vivienda.

«Queremos lamentar esta muerte innecesaria y triste que nunca se debió producir. Denunciamos la indiferencia y la inacción de los gobiernos responsables políticos que permiten que la vivienda se convierta en una mera especulación que sufren los ciudadanos. Se debe acabar con los buitres sin escrúpulos, con los asesinos delincuentes que ante la especulación juegan con la miseria y la falta de derechos. Esperamos y deseamos que de una vez se acabe con esta situación y esta sea la última víctima, buscando y aplicando soluciones eficientes al servicio de las personas y acabando con los especuladores y criminales. Ante los problemas de vivienda, exigimos soluciones», lamentaba en su escrito el colectivo vecinal.